Valle del Ensueño

Ignacia.

Viendo la vida pasar,
intenta atrapar colibríes entre sus manos. Quiere ser como ellos y que le susurren lamentos de amor.
Pero siempre parece que algo lo detiene.

Debe ser el valle del ensueño, sus benditos ojos desorbitados.

Chicas se acercan con las mejillas sonrojadas para hablar sobre las nubes en el cielo.
Bueno, es algo raro cuando no tienes nada que decir,
las palabras te las tragaste hace ya mucho tiempo.
Qué más da.
Los paisajes se consumen a sí mismos
Valle del Ensueño, Valle del Ensueño
Sobreviviendo a su propia historia,
a su propia vida, dentro de su propio hogar
Mientras las cerraduras manifiestan sus últimos ápices de cordura
Mientras se da cuenta de que podría tenerlo todo, así como así.
Si recorre las carreteras va a ver cómo las cosas dejan de tener sentido en cierto momento.
Si recorres las ciudades a medio día podrías saberlo.
El qué
Que hay cosas que se sienten peor si las gritas
Desde el pecho me nacen remolinos que hacen que los pensamientos se obstruyan
Vomito mis palabras como si esa fuese la solución

Y es que si digo esas cosas es que estoy en lo correcto. Aunque a veces querría quedarme bajo las sabanas a medianoche hasta que todo se marchite.
Porque no son sus felicitaciones y la cortesía
Soy yo, dentro de mí. Dentro de las costillas.
Son ellos, con las caras deformadas, todos tristes
Somos todos, el mundo, así, superpoblado y arbitrario
Intentando hacer las cosas bien
Llegando al mejor de los siglos sin saber hablar
Soy yo, sobre mí mismo
Siendo el cretino
Con la variedad infinita de sus significados.

Como por ejemplo
Su fin
Yo, la estaca en mi mano
Desapareciendo de mis sueños
Fuego
Sin infierno

Los barrotes de la ventana parecen hechos de vidrio
Cuando mi rostro está pegado a ellos es cuando siento el control
Sin control.

A veces mis aves tragan somníferos con la esperanza de no volver a despertar.
Entonces hay una catástrofe espacial.
Ellas escuchan el tintineo de las gotas de lluvia.
Lloran, ya no hay nada más si no son suficiente los relatos.

Intenté hablar, pero estaba rodeado de animales salvajes que intentaban calcinar mi cerebro.
Los recuerdos se asemejan a comida putrefacta
Pero a veces son dulces, la amargura me abandona
Los relámpagos parecen chispas que recorren mis venas con pura satisfacción
entonces no soy feliz.
Ni mañana tampoco.
No soy feliz entre los cojines
👁 ni con la estética,
no quiero olvidarlo.

Porque una vez que lo haga renaceré

En energía, no carne.
Putrefacción, no poder.

Aprecio el dolor en mí.
La forma en la que se calcina en mi piel
pero ya no hay tiempo para pensar las cosas.
Mientras el día brille podemos subir colinas
Asesinar árboles
Crear crucifijos
Digo esto llorando por todo aquel que alguna vez se atreva a cruzar el puente
la línea y el espacio

Cuando alzo la vista todo está perdido
Pero cuando ensueño,
ahí entre las sábanas
Puedo verlo, es precioso
Y esa es mi única razón,
para seguir dormitando
o quizá la segunda.
Antidepresivos infortunios.
Cuando nací lloré a cántaros.
Ahora solo pienso en fallecer
A veces me río hasta que me siento enfermo
A veces lloro hasta haberme visto muerto
Me vuelvo a reír, entonces
Deseando volver a estar en el vientre de mi madre
Mi rostro se distorsiona en cientos de años en el pasado
El espejo es el único testigo de mi psicosis

Las máquinas me están pudriendo el cerebro.
Me vigilan, así,
El espejo refleja el ego

Un toque de humanidad sería desperdicio

Pero aquello parecía contener todos los secretos de todas las historias de todos los humanos desdichados
Los que son condenados a la inmundicia

Una vez los vi con la sangre en la boca, todos tristes y desesperados
Pero los recogí entre mis brazos para que me dieran consuelo
Funcionó y ahora soy desgraciado

Este es el ensueño inlúcido
Mi más terrible pesar.

Duermo despierto
los nervios en el estómago.
Sueño con vomitar veneno

Y cuando abro los ojos está todo bien
inlucidez bendita
Nada se siente real
Recuerdo la escuela,
pero ahí nada nunca existió

El tiempo es un círculo y yo estoy en el centro
Quiero despertar, quiero despertar

Mi hogar se siente como un velorio
Y no encuentro las razones
Las busco debajo de la alfombra,
entre las baldosas de la ducha.
Fuera de mi casa.
En los escritorios
En la funda de mi almohada
Entre las joyas, por los cielos
En la historia de la humanidad
En los astros
En saturno
En las aplicaciones
En los mapas y entre las palabras de los historiadores
En las sociedades y en las culturas
En el pendiente que brilla en la oscuridad,
entre las lágrimas de las chicas desdichadas.
En las urnas,
en el confesionario y por sobre los crucifijos
En las reliquias
pero ahí no están.
Ni en mis manos, ni en las estrellas
No lo sé
Quizá en altamar
con mis esperanzas resguardadas en el amor de los mil años
que la esperanza no se pierde
y el amor es lo más grande
Pero yo parezco pequeño en comparación a mi madre

Nacido de la pesadumbre
De las lágrimas
Te cuelgas de mis aretes

Mujer maldita
Niño dañado
Paloma con el ala herida
Incapaz de emprender vuelo
Te revuelves entre las sábanas a sabiendas que las costuras me hacen daño
Este sentimiento refulge en todos los órganos de mi cuerpo
Quiero vivir sin ser el incendio forestal
Las amenazas me carcomen los sesos y la noche parece ser nuestro único refugio.

Desde que las aves emprendieron vuelo mis manos se entrelazan preocupadas
La derecha se indigna
Mi izquierda intenta dejar de apretar botones

Los pisos en la ciudad queman los pies y están agrietados
Hay animales caminando a dos patas mientras dictan sus manifiestos
Eso era todo un espectáculo
La lluvia de meteoros nos llenó de egoísmo
¿Por qué somos políticos y no monarcas del sistema solar?
Son las preguntas que me solía hacer
Pero ya no más
El Valle del Ensueño parece desolado cuando el sol se esconde
Inmateriales sinsentidos
Cuando ya ha llegado la muerte de todos los dioses.

  • Autor: Beetlebum (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de enero de 2023 a las 01:48
  • Comentario del autor sobre el poema: Lamento el pesimismo. Fue escrito en una mala época, ahora estoy mucho mejor :)
  • Categoría: Surrealista
  • Lecturas: 27
  • Usuario favorito de este poema: alicia perez hernandez.
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