Dulce recaída

Ryan Pires

Otra recaída, el muchacho experimentó de nuevo el sacudón eufórico de requerir una nueva dosis sin acercarse a aquella sustancia tan siquiera, boca seca, manos mojadas, una inquietud que le hacia creer que todas sus células estaban explotando, el corazón ya no palpitaba rebotaba como el niño de la banca de atrás del bus que raudo recorre la carretera destapada, la respiración se acortaba y el aire ya casi no le permitía alcanzar a cumplir con las exigencias de su cuerpo, se había ido a hurtadillas evadiendo juicios, ojos acuciosos y lenguas viperinas, no le importó nada salió de la oficina apurado como si le urgiera algo, y pues si ya su necesidad era fisiológica, no se trataba de evacuar si no más bien de ingerir, el ascensor se detuvo y abrió sus puertas, en el deseo del joven estaba que ese aparato bajara en caída libre necesitaba llegar pronto al primer piso, los pies se movían muy rápido pero los pensamientos les doblaban el ritmo, llovía, las gotas caían como la adrenalina que exudaba su cerebro, todo se inflamaba, quemando, las ganas hicieron triunfar al desespero, agitado miraba a todos lados pero nada que llegaba la provisión, es que eso de lidiar con el placer es tarea vana para el hombre, un segundo otro segundo ya también eran gotas, se humedecía todo menos su árido gáznate tal vez una birra hubiera ayudado pero no había tiempo ni plata, el celular frío y la mano hirviendo, mensajes nuevos ninguno y la canción que sonaba a lo lejos solo lo hacia pensar en su droga, quería ya poder disfrutar de la elevación, otra vez retornar a la calma que encontraba en ese acto, pero nada de nada, jueputa ya! Sus ideas corrían maratones mientras se calcinaban en el tiempo, aplicaba las técnicas de respiración que le enseñó el psicólogo, no funcionaban. Buscaba su lugar feliz allá en lo profundo de su psique y se veía consumiendo ahí pegado todo contentico, que mierda aún nada, se agrandaron súbitamente sus pupilas y por fin ya vio a la persona que traía el vicio, aaaaah ya que, después cuadramos: pensó, se acercó ni alcanzó a saludar y empezó a drogarse por fin recibió el estímulo que anhelaba, el beso más esperado, el de su hermosa querida.   

 

Ryan Pires ___✍🏽©

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