MI SILUETA SALVAJE

Poemas de Pepita Fernández

MI SILUETA SALVAJE

 

 Se ruboriza mi silueta salvaje

cuando tu mirada me permea

recorriendo sedienta mi paisaje

así mis cimas atraen a tus mareas.

 

Un oasis es la oferta de mis deseos

un sol es mi cuerpo sediento y voraz

un oleaje que se ondula sin parar

mi piel se desespera por amar.

 

Hierven en mis manos las caricias

 y en el calor de mis entrañas tu río penetra,

 hay un refugio de erótica saliva

en las insaciables bocas nuestras.

 

Nuestro aliento,

en orgásmicos gritos se eleva.

Ahora tú duermes…. y yo te sueño.

Poemas de Pepita Fernández

(Argentina)

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Comentarios8

  • Classman

    La fuerza de la atracción. Saludos Pepita, un placer leerte

  • Omaris Redman

    Belleza de letras llenas de amor, me encantó, saludos poetisa,

  • MISHA lg

    Sensuales letras poetisa gracias por compartir
    Un oasis es la oferta de mis deseos
    un sol es mi cuerpo sediento y voraz
    un oleaje que se ondula sin parar
    mi piel se desespera por amar.
    besos besos
    MISHA
    lg

  • Tommy Duque

    Un dulce erotismo del cual nunca querríamos escapar. Es una bella experiencia leerte amiga.
    Saludos

  • Violeta

    Sensuales versos poetisa hoy calientan tus espacio , hermoso, saludos.

  • Rafael Escobar

    Un erótico sublime que parece salido de la pluma de Alfonsina. Mi felicitación te llega con mi cálido y cariñoso abrazo lleno de admiración.

  • alicia perez hernandez

    Nuestro aliento,

    en orgásmicos gritos se eleva.

    Ahora tú duermes…. y yo te sueño.
    ..............
    Guauuuu y mas guauuuu de DIEZ, como todo lo que nos compartes.
    Abrazos y saludos mi querida amiga Pepita.
    Mis mejores deseos que pases una muy Feliz Navidad!!

  • Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda.

    VOS TAMBIÉN LO DISFRUTABAS


    Porque hoy amaneció lloviendo
    y el recuerdo de nuestra entrega
    removió mis sábanas y te vi
    y saboreé cada poro de tus pechos.

    Mis manos estaban inquietas
    y por todo tu cuerpo se deslizaban,
    tus brazos rodeaban mi cuello
    tu cabeza hacia atrás
    con gemidos que te delataban.

    Penetraban en ti mis palabras
    y fuertes y ardientes...
    te desnudaban y ya no fuiste tú
    y ya no fui yo,
    fuimos dos locos apasionados
    que entre las sábanas se quemaban.

    Ese brillo en tus ojos
    esa sonrisa maliciosa
    fue la clara prueba:
    "Vos también lo disfrutabas"



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