Sr. Beens

BeeAngela

Aún recuerdo aquel rostro en llamas, recuerdo el sonido de su temblorosa voz suplicando al aire que alguien veniera a salvarla.

Recuerdo el cristal roto de la habitación reflejando el cansancio de su alma aquella noche donde la luna lloraba. 

Recuerdo las paredes blancas del lugar, los peces dorados bañandose en aquel manantial y las falsas plantas que colgaban en la esquina de la sala.

Era un gran espacio, sin embargo, nunca nadie la escuchaba.

Hasta que llegó él...

Podría reconocer aquel sonido sin importar la distancia, era todo lo que un día soñaste.

Y por un tiempo fue tu mundo, 

tu esperanza...

Hasta que mostró lo profundo de su alma.

Para algunos podría ser aterrador, pero a mí me fascinaba.

Recuerdo aquellas noches llenas de amargura; aquel escalofriante sonido de tus uñas contra la madera al pasearse sobre el marco de la puerta anunciando tu llegada en el momento justo en la que moría y me desangraba. 

"Tranquila, pequeña, estás en casa" 

Tus ojos en llamas, tú apariencia delgada junto a aquellas largas garras. Fuiste mi casa durante largas temporadas. 

"Nadie va a lastimarte" 

Recuerdo el sonido de tu voz, tan profunda y llena de dolor. 

Me abrazabas después de cada lágrima, eramos los dos contra el mundo, contra mi interior...

Y aunque hacías en mi lo mismo que ellos hacían, te esperaba, aunque eso significara mi desgracia...

 

- Mel

 

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