Rueda de prensa

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El entorno siempre soñado, por fin se había dado para Jackeline,durante mucho tiempo deseaba ser reconocida socialmente , y ahora se estaba dando ese momento, era en la Costa Azul, el Mediterráneo ,color azul piedra como marco perfecto de lo que estaba sucediendo alli. Ella con su larga cabellera, firmaba autógrafos  y repartía, sonrisas entre sus seguidores su libro se había convertido, en un éxito mundial, traducido a más de una docena de idiomas.

 

Había transitado un largo recorrido para llegar ahi, mucho esfuerzo personal y con el apoyo de un puñado de amigos, logró, esa primera edición. 

 

Los flashes se sucitaban, a lo largo de la escalinata donde descendía,con  paso firme, también, una columna de seguidores incondicionales, que concurrían a cada conferencia de ella .

 

Jackeline, por fin se había a dado a conocer, su éxito, habia sido medianamente regular, pero a partir de su revelación  de su verdadero nombre, ya nada fue lo mismo hasta entonces siempre había otorgado a sus publicaciones, un seudónimo, por eso el ansia de conocerla vivamente era mayor, para esa gran masa que nada sabía de ella

 

Su sonrisa impecable, era apoyada por un largo vestido blanco ceñido, al cuerpo se parecía, más a esas actrices de teléfono blanco, que fueron tan admiradas en su momento .

Más atrás, un peldaño al costado su compañero de toda la vida, la miraba con sorpresa,por el lugar alcanzado. Poco se sabía de él hasta ese momento, pero hacía más de veinte años que se habían conocido en una playa, lejana de la Polinesia francesa, sus interminables ojos verdes, la habían seducido, por un romance  que duraba intacto a este ese momento. 

 

El había tenido la prudencia de dejarla hacer, mientras reparaba coches viejos, para algún coleccionista, pretencioso de la costa galiana. Ella  conoció gente del mundo artístico, para empaparse de esa rancia aristocracia que más de uno, quizás soñó alguna vez pertenecer, y que ella tan bien reflejaba en sus novelas.

 

Cuando menos lo espero, una copa de champagne le salpico, los labios con un suave beso,ya estaban solos, en la semioscuridad del cuarto del noveno piso del Saint Moritz. Jacky, se sacó sus pendientes y la tina estaba desbordante de espuma ,él había prendido unas velas y la esperaba con una suave música lejana.

 

Ni el cansancio, de la jornada podían nuevamente con Jackeline que se untaba de ese dulce aroma a vainilla, que embriagaba todo el ambiente.

 

Hicieron el amor durante casi toda la noche, con un sabor de los que se recién  se conocen y descubren por primera vez. Eso, los dos habían sabido llevar con total naturalidad, tal vez ahí radicaba tanta sensualidad en sus relatos. La escritora, una vez más, se entregaba a las delicias del amor de su amante.....

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