Sol de lluvia

Escribana de memorias

Al principio, solía empezar una mañana soleada, un sol intenso y no parecía ser buen augurio. Quizá unas cuántas nubes dispersas más una nubosidad espesa y grisácea en el horizonte, sobre los cerros orientales.

Se escuchaba a voces en el parque mientras paseaba a Dante, mi perro, que iba a llover pronto, con la concurrente frase local "Eso es puro sol de lluvia" que conocemos solo particularmente, quiénes residimos en Bogotá.

 

Transcurre la mañana, y cerca del medio día, no se ve más el manto azul ni las pocas nubes que lo adornaban. De repente, ya está cubierta la ciudad con la nube espesa gris que ha viajado desde el próximo oriente y se ha posado sobre todos. 

Se ha cumplido la profecía, quizá después de un par de horas. Pero, a veces, suele ser tan imprecisa la lluvia, que nunca se sabe cuánto lloverá o incluso si lloverá finalmente, y sabemos que nos afectará el ánimo, pero no sabemos en qué medida. 

Supongo que se asemeja a nuestro ser en noviembre, y justo, los ínfimos detalles y acciones, talvez alteren los ánimos de nuestro día y a posteriori, cambia el ambiente y lo que pretendíamos ser mientras era una mañana soleada.

 

Ahora solo podemos ser una nube gris, con dudas y tormentas esporádicas, con goteras que tratamos de contener. Sin embargo, nunca se sabe si podría ser una ligera lluvia o un aguacero torrencial. No hay formas de saber, cuando cambia su intensidad, supongo que nosotros tampoco cuando a veces los recuerdos tormentosos suelen ser más fuertes de lo que esperábamos y de pronto estallamos.

 

Ahora bien, siendo justamente mediados de noviembre, estando en mi apartamento de un cuarto piso, a través de la ventana a las tres de la tarde; observo con rapidez aquella nubosidad gris del horizonte, y solo caían gotas cargadas y esporádicas, entonces dije a mi familia: "No lloverá en la tarde, pero si en la noche y de forma torrencial". También pensé que hacía falta una aguja para estallar la bomba gris y frágil de agua que nos cubría. 

 

Efectivamente, a las 6:30 pm se ha estallado la bomba luego de varios truenos y gotas pesadas. Supongo que estaba preparada para ese momento, aún consciente que no saldría de mi cama.

Entonces, tal vez eso ha postergado los planes que cada quien tenía, en mi caso fue mi propia predicción y un dolor de cólicos estomacales que me impedían salir de la cama. 

 

Quizás se nos ha permitido no salir más por hoy, y escuchar tras la ventana la lluvia que golpea las superficies cercanas y el suelo. 

Quizás escuchar como el viento direcciona la lluvia hacia donde le plazca y nos haga sentir más acorralados que de costumbre.

Basta con decir, que solo se desea querer dormir pero al mismo tiempo escuchar la lluvia, no es posible ambas si te dejas ganar por el sueño.

No es posible cuando sin querer recuerdas que podrías estar acompañado por alguien que viene a tu mente y no está, o simplemente anhelar la soledad para un encuentro íntimo y personal.

Aún así, si estás en la soledad de tu habitación, podrías afinar tu oído y prestar atención a la caída de cada gota en la ventana y la alfajía, mientras la mente divaga en medio de la penumbra oscura, pero por alguna razón, tal vez obvia y tal vez no, todo se vuelve un poco melancólico. 

No se trata de extrañar lo que no ha sucedido o lo que ya pasó, quizá es anhelar lo que está por venir pero sin comprender las consecuencias que traerían los inculcos deseos.

Quizá, ser sol de lluvia se podría asemejar a aquel, que parece alumbrar con su luz natural, intensa y cálida; luego se desvanece en medio de confusas nubes grises, y solo se siente un profundo silencio indiferente. En efecto, no dura mucho el silencio para dar cabida a la lluvia sin más que mencionar. Entonces son esas gotas, las que resuenan en la tormenta y se reposan dentro del espíritu sombrío y humano.

Al fin y al cabo, la lluvia sólo es una fuerza natural, imparable e impredecible; y nosotros solo buscamos un refugio para escribir algo como esto mientras llueve.

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Comentarios1

  • felixmtz

    " Se escuchaba a voces en el parque, que iba a llover pronto, con la concurrente frase local "Eso es puro sol de lluvia" que conocemos solo particularmente, quiénes residimos en Bogotá."

    nada como una dosis de algo que para alguien es cotidiano, hermoso poema, tiene su lado, me hace sentir que estoy en un día en Bogotá. Saludos, poeta.



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