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Nazareth Robles

Noche fría, cielo negro

Gritos de agonía

Ya no me queda más poesía,

Ya no me queda energía.

Sólo almas renegadas y sitibundas.

Silencios atordecedores,

Fallos y rencores.

Respiro.

 

Noche fría, cielo gris.

La poesía muere al fin.

Pero una brisa, logra surgir

Y con mi manto yo le veo partir.

En mi llanto, se aleja

Su sombra ya es tormenta.

¡Que me de una parte de ese brillo!

¡Que me quede con parte de su cariño!

NO.

 

Respiro.

Noche fría, cielo azul.

Oscuro como el mar

Soy undívago perdido,

Siento el viento en mi recorrido.

Y en mi canto triste, ya está lejos

Cómo mariposa, alígera, sin alas

Pero liberada del tormento.

Sombra inexistente,

Sólo existe en mi mente.

Noche tibia, cielo celeste.

Miro al cielo,

La procela se ha ido.

No hay vuelta atrás.

 

Pero logré salir del mar

Mi piel algente aún busca su tacto.

¿No es eso mirífico?

Respiro.

He superado su ausencia,

Desvanecida en la arena

Y sin dejar de quererla.

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  • Autor: Lototh Robles (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de octubre de 2022 a las 01:52
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 14
  • Usuario favorito de este poema: alicia perez hernandez.
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