Ausencia.

César Ortega.

No muero en tu ausencia.

Ni en tu repentino silencio.

Ni mi corazón deja de latir sin tu presencia.

No es que sin ti pierda el juicio.

 

No muero en las ganas de tenerte.

No muero en los sueños repentinos,

dónde apareces y no puedo verte.

No muero sin los besos clandestinos.

 

No me mata tu ausencia

Ni el silencio vespertino.

Ni muero lento y sin gracia

Cual mártir libertino.

 

Muero, sin la risa fugaz,

sin la disfrazada caricia.

Muero sin hallar en 14 versos paz.

 

 

 

 

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