Es otra voz la que fluye
por los pasillos de mis brazos.
Por las entrañas de mis ojos,
zumban las retinas de un muerto.
Y un cuerpo de plastilina se
moldea a sí mismo con las manos de su mente.
Cualquier tiempo sería fugaz
si miráse el sexo del mar..
Cualquier instante sería eterno
si voláse sobre las horas del Sol..
¿Y si robáse a ese Sol, las telas de oro?
Mi cuerpo recamado en oro
recorrería Egipto, Sumeria y las bahías de Brasil,
en busca de alguna botella donde dormir..
Pero sí, despertaría en el oceáno.. Lo sé.
Sería un mensaje que llegaría a quién el flujo quiera.
Pues, así he nacido y muerto, y existido
con los pies bajo el glauco día de pensar..
Y gozar, y ser pez.
- Autor: Joaquín Adduci ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2022 a las 23:21
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
Comentarios1
Tiene su punto. Ole tú Joaquín.
Salud!
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