ENTRE LO PROFANO Y TU SANTIDAD

EL QUETZAL EN VUELO



Te has vuelto tan obsesiva como la intención a pecar, Eres como manzana n el paraíso.

 mi silencio enamorado; necesaria, inalcanzable como prohibida; el beso no dado

Eres la noche de placer que jamás, disfrutare, eres lo que en el pensamiento

Cada día te tengo, dulce pecado con una penitencia como bendición o condena.

Pudiste haber sido pecado, sin embargo, eres la puerta a la gloria infinita.

 

Me gustas prohibida, me gustas como aventura. Que estes en mi camino

Pronunciar tu nombre como se pronuncia lo bello, se saborea lo prohibido,

Me gusta la novedad de pecar como nueva ilusión, como parte del amor,

Un amor a distancia y sin rostro, solo unas letras, le pone rostros a tu intimidad

Para que me llames con ese gemido silencios, que nunca pronunciaras.

 

Eres así. Un ángel perverso, juntas el cielo con el infierno, para no llamar pecado a este amor.

Bebes mi llanto, cuando mi alma llora, inventas ese nuevo forma de hacerme tuyo, de ser mía.

En secreto y a distancia, en silencio te apresaba, cuando otros brazos te tenían y yo

Esperando en la tarde, recostado en una hoja blanca, aguardando mi cita; la primera letra,

La luna triste y yo sin desbordar mi ansiedad, pacientemente, sin tener los tres alguna culpa.

 

Yo sé que ahora, al estar leyendo mis versos, tienes puesta la mano en la distancia

Pensando en la posibilidad de haber sido pecado, en esa culpa vana que entristeció la luna

Dejó mis noches como copa vacía, hiriendo como quimera, cualquier posibilidad.

No dejes que la culpa, marchite este tierno amor, antes que llegue la primavera

Soy otoño, gris, oscuro. Temeroso pero seguro, de que la culpa no es nuestra.

 

Nosotros no alineamos los astros, ni le pedimos favores a la luna, sola se entrego

con la complicidad de la tarde, tampoco extraviamos la letra, que se posó en tu seno

yo te quiero mía, aunque seas de EL, acariciarte con las manos de EL, dejar de ser quimera

sin culpas, pero feliz. Al escoger entre el cielo y el infierno. Iremos a la gloria del beso primero,

en esas noches soñadas, de caricias verdaderas; escogiendo la santidad perfecta de tu pecar.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

 

 

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