CAPÍTULO

Quisiera asir las palabras 

El contagio de tu risa

Los bordes de tu voz

 

Quisiera entronizar tu sangre y tu cuerpo

En todos los espacios que me los permita el tiempo

Quisiera ser semejante al ave o la paloma

 

Pero hay una fragilidad que controlan los discursos

Pero hay una tendencia a no ser el primero

Y es cuando me aferro a tu mirar y a nuestros labios

 

No sabemos si las antorchas son de celebración o no

Si la persecusión solo la hacen mi corazón y mi carne

Y no sabemos si al otro lado de las cosas nace un reflejo

 

Basta de condicionar nuestras raíces

Basta de alinear los enjambres con las rosas

Tal vez el deber que nos aguarda ansía arder

Y extinguir del presente las creaciones del placer