¡Ya!

Estoy cansada, cansada de tener que dar explicaciones. Cansada de decir porque hice qué y porque actúe para qué... Llevo la cruz desde la infancia...

Estoy cansada de tener que esconderme.

De decirle a todos lo que siento por vos menos a vos... De reprimirme.

Porque sabes algo... ¡Soy un ser extremadamente sensible!

Y a la vez inexpresivo.

El arte me corroe,

de mi ser salen acuarelas...

Y estoy cansada,

Agotada de ahogarme en vino para agarrar la valentía de gritarle al mundo que es una mierda! O mejor decir que aún dándomelo todo, me hizo sentir y creer por tanto tiempo que no valía nada, que al ver las cosas y circunstancias desde las vivencias de otros describí que también es una mierda… y quizá peque por no agregar que también es una maravilla… pero hoy no estoy para escribir sobre una perfecta interpretación de las puestas de sol y las crisálidas reventarse a la plena luz del día.

No quiero el perfeccionismo.

La decadencia ha estado siempre sobre la faz de mi tierra...

Y puedo ver al horizonte, y el horizonte me puede decir - No vayas por ese camino - Y yo terca e inquieta, imprudente e indiscreta siempre he de llevarle la contraria a todo. Porque tuve la decisión de ser yo misma, por mucho que a los “muchos” no les parezca y me rasguñen y me hieran.

Un minuto de felicidad es una eternidad de sufrimiento, eso ya lo asumí. Por eso, quizá, he aprendido a darme contra la pared, por mucho que la tontedad entorpezca el sentir más profundo en el cual estoy sumergida hasta el pescuezo. No hay otra forma de amar, más que darlo todo, pese a perder en el transcurso... ¡Oh, pobre de mí!

Todo.

"Aceptamos el amor que creemos merecer ".

Y yo no se ni que soy, ni a donde voy ni que merezco e inútilmente que quiero.