AQUELLA NOCHE INOLVIDABLE DEL VERANO

EL QUETZAL EN VUELO



Qué bello, cuando el anhelo nos toma el puño con el cual escribimos y hace fluir el sentimiento,

 para contar nuestras emociones empolvadas, haciendo revivir, aquellas letras olvidadas,

que inundaron el corazón y la razón de una llama de amor indescriptible, grande...

¡Muy grande!, haciendo florecer su desierto, otorgando nueva vida y corriendo ríos de tinta,

en caudal enamorado, que, con sus canciones, acercaba su imagen amada.

 

Una historia escrita por Clío fue necesaria, para revivir, el candor de aquella poetiza

 y una sonrisa suficiente, para colorear su mundo y que sus ojos comenzaran a brillar

 sentir la falta que hacía al ausentarse de aquel corazón. Ahora todo comenzaba a tener sentido,

 recobrando la fuerza de sus letras al escuchar aquellas dulces palabras… Ven, mi Amor.

 Estoy aquí... ¡Contigo!, Siente mi voz al leer tus poemas. Vuela conmigo. Vamos en busca de ese mundo.

 

Juntos hemos creado un mundo de letras, la fantasía se vuelve realidad y el sueño la vida,

Tanto tiempo corriendo tras letras muertas, buscando el vuelo definitivo, al igual que tus escritos,

Que buscabas sin encontrar quien entendiera tus letras, que interpretara tus sueños y vivirlo,

Siempre soñaste con esa mano que te llevara al claro de la luna y acercara tu alma al corazón.

Cuantos años escribiendo los dictados del corazón que publicabas y leía cada mañana.

 

Soy yo, aquel que una tarde de domingo se atravesó en tus versos, él que de noche apareció,

Aquel flacucho trovador del café nocturno, que puso un ramillete de violetas en tu mesa,

Que canto toda la noche hasta la madrugada, aquellas canciones que curaron tu alma,

Si, el mismo que camino contigo por aquel boulevard que envidio tu caminar y te beso el alma

Tomaste mis labios debajo de aquel farol que aplaudía como titiritando, como estrella nuestro amor.

 

En tardes como estas, cuando la soledad quiere amargar mi copa de vino tinto, aparece tu recuerdo

El humo de tu partida, ese suave olor que dejabas en mis sabanas cada vez que venias del cielo,

Fui tuyo, fuiste mía; fuimos de la noche, como de aquella canción que inspiro el silencio y que tu

Tarareabas dictándome la letra, cada vez que subía la temperatura de tu cuerpo al ir de tus montañas

Al bosque inexpugnable, que en esa noche me aventure a penetrar sin miedos y con mucho amor.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

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Comentarios1

  • Violeta

    Descriptivo y hermoso historia con todo o muchos sentir encontrado. Haciendo de esta clamorosa historia una belleza para mi persona. Saludos

    • EL QUETZAL EN VUELO

      Gracias Violeta, que linda que sos, por gustar de mis letras, seguir mi vuelo y es muy bueno saber y reconocer en la distancia un corazón que navega junto a mi pensamiento y va en mi misma barca navegando.



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