Siempre tú (en algún rincón del mar)

Siempre tú desbordas en mi la felicidad,

que seas tú la primera imagen del día

colma mi vida de alegría,

en esta travesía de tantos momentos a tu lado

los días se volvieron se volvieron segundos

y lo constante de tu compañía se volvió una con mi realidad,

así como se unen los atardeceres con el anochecer.

 

Mi Ángel celestial que habitas entre nosotros

ni aún los atardeceres más vistosos

pudieron distraerme para que dejara de ver tu rostro,

ni lo luminiscente de las aguas impregnadas del plancton

me deslumbraron lo suficiente para no apreciar tu encanto.

 

Tu caminar en la arena deja sus huellas a lo largo de la playa

así como mis besos imprimen mis labios en tu piel,

bajo la luz de una luna tenue

te escuché comunicarte con aquellos

que de otras lejanas tierras vinieran

siempre tú, tan intelectual, tan tierna

caminaste conmigo de la mano

por las murallas

que nuestros ancestros construyeran.

 

Eres tú, siempre tan tú,

Aquella a la que los niños buscan, enmarañan tu rubio cabello

Se embeben de la dulzura que desprendes

Y hacen en ti una amiga para toda la vida,

porque los colmas de enseñanzas que no olvidarán.

 

Tu mi alma hermosa, que cambias vidas con toques breves

estas transformándome cuando me tocas

permanentemente con tu suave mirar

siempre que levanto la mirada al cielo

ruego a las galaxias que siempre seas,

lo último que en el día

mis ojos hayan de mirar.

 

Por eso en estos días fui tan feliz amor,

a la orilla de la mar

haciéndonos uno, los dos

mirándonos cuál cíclope

llenando mis días de ti y tu esencia,

hoy que tuve que dejarte

no me cabe la menor duda de que te amé.

 

Te amé en la bahía, en la isla, en la ciudad amurallada

en el archipiélago mágico,

y en aquel manglar resplandeciente

hoy te digo corazón

que no solo te ame, si no que te amo

y que te amaré en esta tierra que nos habita

Hasta que tengamos vida,

y te amare en el cosmos aun cuando carezcamos de ella.