Mirra

Alberto Escobar

 

La mirra como componente fundamental para embalsamar a los faraones. Las lágrimas de mirra y el mito de mirra o de Smirna, princesa que se convierte en el árbol de la mirra, Baltasar como el portador de la mirra porque procedía de Djibuti y del Cuerno de África. Mirra viene del árabe amargo. Usada en cosmética y en infecciones de la boca, la almáciga. Covarrubias la define como aperitivo. La miera es la resina de la Colofonia, pino, que se utiliza en la humidifación de las cuerdas de violines y otros. 

 

—Esta es la nota que tomé y de la que parto en esto. 

 

 


Voy a ver qué me sale...

 

 

 

 

Me tuve que convertir en árbol,
huir de él, de su continuo acoso,
de su sinvivir constante de quererme,
de estar a mi lado como lapa marina.
Tuve que huir, lo quería y lo quiero
pero la vida sigue, tengo mis asuntos,
mi casa tiene que ser atendida,
los mensajeros me llegan con paquetes
de otros confines, las cartas del banco
hay que atenderlas con pecunio,
debo trabajar para dar sustento
a tanto pábulo que es necesario.
No puedo circunscribirme a tu amor,
no me diste otra opción que convertirme
en mirra. Tu hijo es de una hermosura...
Se parece a ti hasta en los andares, 
tiene tu misma espesura de piel, tu mirada.
Sé que padeces una especie de adicción,
que tu piel se ha quedado prendada,
como cosida a mi epidermis y no hay treta
para desasirla, como un glutinoso afer. 
Me buscas pero no puedes hallarme
porque nunca caerás en que soy ese árbol,
ese que está a la entrada del patio, desesperado.
Por favor, atiende la casa y los asuntos 
como lo habría hecho yo; cuida de mi niño
que es tuyo y que crezca, frondoso, bello...
Me gustaría hasta el tuétano ser carne de cama,
estar desnuda a tu merced y que hicieras de mí
un guiñapo si así lo decidieses; que de tanto
hacer el amor mis labios se marchitaran cual rosa
que se abandona al alba, sin espinas. 
Que mi sexo sea un bebedero inagotable,
una fuente de Castalia de agua cristalina 
y cascada interminable —pero no tengo todo el tiempo
que eso necesita.
No sabes cómo me gustaría desvanecerme, desligarme
de todas las cadenas y grilletes que me atan al mundo,
ser viento irresponsable que no ve más que el placer
y gritar no importa nada, nada más que tú —pero no puedo. 
De todas formas te digo que en breve tengo un espacio.
He dispuesto sábanas y mesa para que estemos juntos,
uno al lado del otro, mirándonos, preguntándonos 
si nos apetece alimentarnos del árbol de la vida 
para que no nos falte de nada y brillar, disolvernos en uno.
Espérame, te mandaré un mensaje para que sepas
que estoy preparada. No traigas flores, ya las tengo abiertas. 

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Comentarios1

  • Haz Ámbar

    Tu poema está lleno de sustancia, profundidad y afecto. Una delicatessen para los sentidos. Se agradece el disfrute.

    • Alberto Escobar

      Me alegro de que te guste Ámbar.



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