Morning Glory

Todo este estúpido sentimiento de culpa
va en un bulto envuelto en una manta
de una patada al mar:
me aburro tanto que no sé ya hablar
y se me escapan las palabras
por los entresijos de mis cicatrices,
no tengo nada y eso es bastante
más de lo que me cabe desear
aquí entre espadas que amenazan clavárseme
hondo en el alma, que ha sangrar
la saña, el desorden...
No hay magia capaz de elevar este canto
hacia las estrellas lejanas,
no, no existe ese hada que proteja
tu frente de las flechas del incierto,
tú sigue soñando en el absurdo
que yo me iré temprano
a donde nadie de mi abuse
en esta triste mañana distópica
donde alcanzo la gloria
de los héroes caídos en batalla
con las sábanas aún pegadas
y algo de ti clamando en mis páginas.

He vuelto a caer sin ánimos, con insomnio,
Le he vuelto a apostar mi alma al demonio,
Se que voy a ganar, esto perdió la gracia.
Ya no se reír y todo me parece una desgracia,
Un divina comedia, perdí todo y no supe como,
Solo caí como si fuera un soldado de plomo,
Y ya no me quise levantar.
Solo quiero que me entierren cómo los heroes,
Sin honores y siendo tachado cómo los peores.
Solo dejo mi alma entre páginas
Llenas de versos y lágrimas.

Cuando el rayo
de la esperanza
se pierde
entre nubes de óxido
un bucle se cierra
de repente
en elogio
a esos días
que se fueron
para siempre
fugitivos...

No más palabras:
hablemos con señas sólo,
que los días prisioneros
queden presos de este ambiente.
Ya es tarde para ruegos,
silencioso y penitente,
mientras por la bruma me muevo
esperando que me consuma el remedio.
Que estoy en ello pero
no llego suficiente
si la gente
no se presta al juego
que es perderse
entre la niebla
mientras todo tiembla,
incluso ustedes,
que no se ofendan
si soy quien llueve
muy lentamente
de su cabeza.
Naturaleza
salvaje la mía
que esclavo de nadie
cuando la muerte desafía
me presto hoy al baile
aunque se rían...
Tanto ya andado
por las cuestas avante
no me puede eclipsar
mientras digo estas frases
que del alma me salen
para dártelas a cambio de nada,
pues soy bien barato
si sólo aparezco a ratos
con tremendos garabatos
pretendiendo magias.
Mis razones a mí me bastan
sin embargo,
que tantas tengo
que me pesa el fardo,
y mi paso lento
me está ya hartando,
pues si tropiezo
con todo encima
voy a dármelas.
Por eso rezo
día y noche
solo en mi estancia
practicando una esgrima
con pensamientos que me distraen.
En mi conducta un reflejo animal.
Mi pasado en estas calles
se está tornando avisado.
Oh, mi amor, muéreme,
mátame en ti, dame la vida
infinita que ansío.
La senda prohibida
me trajo hasta aquí
con la mente hecha un lío
pensando tanto en ti
que me atonta el sentido.

Ya he venido muchas veces por tus besos
y tú siempre los escondes como presos,
yo no sé qué pretendes en tus ideas
si cuando no estoy dices que me deseas
y que no duermes gastándote los sesos.

Del sabor amargo,
y del saber bajo cadenas.
Allí van todas las penas,
y por centenas
cómo se arrastran
por dar de bruces a cualquiera.
En el mundo existen dos tipos de cobardes:
los que se tiran
y los que no se tiran
suicidándose...

Llega, llega la muerte
y con ella la vida,
la vida que en sí contiene
pureza y delicia
todo envuelto
en tan puro elixir
de líneas que se atascan aquí.
Pero no hay nada que me impida seguir
alzando mi canto a las estrellas lejanas
en cortesía a todos estos dioses que me voy inventando,
a los días pasados sin pena ni gloria,
a mis tíos y familia,
a todo aquel a quien aún algo todavía importo.

Tanto los días pesando
que ahora mi agonía
se desangra en los párrafos
y soy yo testigo
y con eso bastante.
Desfallece mi orgullo
herido por ti
que me quieres muchísimo,
y soy tan fiel
que no emigro
a otro siglo rehén
de placeres sin mérito...
Pueda que enferme
pero aunque muera seguiré
escupiendo los versos
que llevo escritos en piel
y sentidos me lleven
bien lejos de usted,
caballero que es,
muestre el sendero
y marche después
que hoy estoy ebrio
y confundo los pies,
asciendo a otra esfera
más allá de esta terrestre
(me ves
siendo huesped
de un destino canalla
a las vueltas de siempre,
parece):
es un sueño, me lo creo
demasiado
y entonces caigo de bruces
en un charco de éter.
Preténdeme no toser
la carcoma que ruge
desplomado en el suelo
un insecto de ser
todo envuelto en vuestra red.

Aún sangra tinta mis venas abiertas
Y aunque sea media noche, ando con vista de ventanas abiertas
Con lienzos por puertas y calles cubiertas
Por recuerdos nostálgicos que aún me recuerdan.
También cargo en mi mochila tantos paños mojados
Para recuerdos olvidados y lazos vinculados
Que hacen aguaje de partirse, pues se sienten como pecados
Pues uno ama a otro y por el destino se sientes condenados.
Tantas historias habidas por contar, pero yo sólo ando sangrando tinta en el pergamino
Escuchando ventanales abrirse como pétalos y tomando por mi nariz el añejo sabor del vino
Sé que por manos de mis decisiones terminé andando este camino
Mas no se de ustedes, historias por contar, pero yo formo mi propio destino.