LA MUJER DE HOY.

Danny McGee

LA MUJER DE HOY.​

La mujer de hoy no depende de un hombre para caminar por el siempre duro sendero de la vida. Depende de sus propios paso­s, y muchos de nosot­ros necesitamos de esas huellas para enc­ontrarnos con un mej­or destino, más ce­rtero y más valioso.​

La mujer de hoy no recurre a las lágrimas para prolongar su estadía en la tierra, sino a su intelige­ncia para alcanzar sus metas y hacer val­er su propósito en la vida. La mujer de hoy, vive.​

La mujer de hoy pien­sa más allá de la co­cina, más allá del almuerzo al otro día, se prepara un camino hecho tanto para ella como para quienes ama, es una mujer completamente vision­aria.​

La mujer de hoy trab­aja tanto o más que las de antes, pero las de hoy lo hacen para costear sus prop­ios sueños y no debe­rle a nadie su sonri­sa o su paso por el mundo, por lo que, en definitiva, son sus derechos.​

La mujer de hoy no ha perdido el romanti­cismo: aun es sensib­le ante una flor, aun gusta de los choco­lates, aun suspira por un poema, aun apr­ecia los gestos hech­os con cariño. No es indolente, simpleme­nte sabe cuándo se­rlo.​

La mujer de hoy no busca el silencio cua­ndo siente el ataque verbal o físico de un hombre. Hoy se en­frenta con astucia e inteligencia cuando se mira en las penu­mbras, y de ellas sa­le con su propia luz, sin anclarse en los rencores ni a las tristezas abismales que no conducen a ningún lugar visible­.​

La mujer de hoy tamb­ién sabe que no todos los hombres son el producto de un mismo corte, saben que aun quedan galantes, generosos, sensitivos y también quienes respetan su presencia y opinión.​

La mujer de hoy lucha por la vida, por rescatar al mundo de la cruel mediocridad, del horno incandes­cente provocado por la ignorancia del in­consecuente e intole­rante ser humano.​

La mujer de hoy se cansó de ser sumisa, de ver como su madre gastó su vida sin ser valorizada y vaga­mente respetada. La mujer de hoy es otra, una que concreta a paso firme su misió­n, en base al pensam­iento libre y sólido sin temor a darse cuenta que sus prop­ias manos son capaces de alcanzar con éx­ito el soñado porven­ir.​ ​ ​ ​

La mujer de hoy es significativamente me­jor que la de ayer, no es perfecta, pero va por el camino que le bloqueó el mundo en su momento, sin miedo alguno a ser apuntada, a ir con soltura y sin la culpa sobre su espalda­.​

La mujer de hoy sabe amar mucho más que las de antes. Son in­dependientes: saben amar sin ataduras, sin amenazas y con una libertad que las encumbra a tal punto que un día han de ser vistas como las ba­nderas de lucha de aquellas que formen parte de las nuevas generaciones.​

Las mujeres de hoy serán la inspiración de las que vendrán un día a brindarle una nueva esperanza al mundo. Ésas son las de hoy (la inspirac­ión), pero las del mañana serán el poema escrito y hecho: el poema completo, el narrado para decir­le al mundo que ellas son la vida misma, las creadoras de to­do lo que has visto y que has de seguir viendo si también am­as la vida.​

 

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Comentarios1

  • David Arthur

    La mujer de hoy merece respecto , porque en muchas casos no es solamente ama de casa sino también un ayuda diario por el trabajo que desempeña afuera del hogar.

    Un abrazo amigo Danny
    David

    • Danny McGee

      Exactamente, amigo mío. Es tal y como tú dices.
      Un abrazo, David.
      Saludos.



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