El viaje de la imaginación

Omar Flores

La imaginación es un tipo de libertad donde realizamos nuestros anhelos y moldeamos los más profundos sueños. Ahí, en la imaginación subyace el secreto que mejor guardamos, el último refugio tan íntimo, tan nuestro. Es el consuelo donde podemos encontrar a las personas que hemos perdido e inventarles una vida a nuestro antojo para invocar vivencias que sean condescendientes con nuestro sentir.

Si en el refugio sagrado de mi mente aún existes, entonces de alguna manera ¿Vives? Quiero creer que sí. Esa fuerza imaginativa me deja tocarte, amarte, escucharte, recordarte y no olvidarme. Tal vez aún me quedan átomos que alguna vez te pertenecieron y se encuentran adheridos a esa dimensión de mi imaginación. Lo quiero creer y mis creencias pueden más que todo lo que sea verdad porque son solo mías y me aferro con toda mi energía a seguir creyéndolo, a seguir invocándolo. Si no te puedo tener ahí, entonces no te puedo tener en ninguna otra parte porque la muerte es solo el silencio eterno, la privación de todo sentir y aunque en algún momento voy a pertenecer a ese reino, no quiero dejarte ir, no quiero que cuando yo deje de existir ya no existamos y quiero escribir nuestra historia y dejar algo en la memoria de quienes nos lean para que podamos volver a personificarnos a través de la imaginación de alguien más, porque ahí, solo ahí podremos ser. En una dimensión ajena, pero nuestra para volver a vernos.

 

La aventura de la imaginación, es también el desenlace satisfactorio de una o más vidas en libertad con ese amor que fracasó en la realidad después de un tiempo y las marcas que dejó se arraigan a nuestro existir, porque son el eco del sentimiento distante que ha permanecido y traspasa la barrera de lo tangible. Aquello que fue una fina caricia, un dulce beso y una realidad que vivimos ya no está presente, pero en la imaginación el amor sucede, la ilusión no se rompe y aún nos pertenecemos, aunque tenemos vida y nos podemos encontrar, ya no va a suceder.

 

Me miras y te veo mirarme y nunca entenderás el poder que aún tiene tú mirada para angustiarme, es un poderoso remanente de lo que ahora son memorias. Puedo inventarte de mil formas distintas, pero que es eso para mí si el sentimiento autóctono ya no es suficiente y en la inevitable realidad prevalecemos con indiferencia eterna.

Atravesaste mi corazón como una flecha de obcidiana y esa herida fue cicatrizada con flores.

Mírame en tu imaginación, reconstrúyeme, ámame eternamente como nos prometimos alguna vez y no me dejes saberlo, pero aunque ya no me recuerdes, no me olvides... 

 

¿Qué no es posible en la imaginación? Nos permite atravesar la estela del tiempo para situarnos en cualquier época del pasado, del futuro o un presente; es una bifurcación donde somos lo que en la inminente realidad no somos y nos deja poseer lo que no poseemos y vivir lo que no hemos vivido y cambiar nuestras decisiones equivocadas. La maravillosa imaginación nos permite la creación de escenarios y formas cuando leemos un libro. No hay creación humana que no halla surgido en la mente, pero a veces de la imaginación a la realidad hay un abismo y las leyes de la física dicen que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, entonces lleva esa energía a una posibilidad donde pueda ser materializada. Solo así vas a comprender que la imaginación es tan simple y a la vez tan poderosa y que ahí suceden cosas tan descabelladas como se nos ocurran y sin embargo los sueños nos siguen pareciendo extraños...

 

Omar Flores

 

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  • Autor: Omar Flores. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de julio de 2022 a las 18:50
  • Comentario del autor sobre el poema: Primera parte. La imagen es perfecta, es la proyección terrenal, humana y cósmica donde podemos situar la imaginación.
  • Categoría: Fantástico
  • Lecturas: 55
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