La Gravedad

José Ángel Pineda

¡Oh castigo enjaulado como loro!

transeúnte de una historia perdida,

es la historia contada y repetida,

en racimos de lágrimas en coro.

 

puesto al hecho del efluvio sonoro,

recorre las arterias de la vida,

y me quedo aquí; no me voy en huida,

esquivando me quedo con el oro.

 

esputé varias veces para arriba,

y nada entre las cejas me cayó,

la Gravedad se viola en todas partes.

 

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