Un domingo de julio

Roberto V

. . . el fallo inapelable del destino
te pusó en mi camino con la consigna
de amarte ahora, amarte mañana, amarte siempre

. . . brillante sudor, rocío en tu piel
te escalan mis labios saciando su sed

Los cuerpos en lo oscuro escabullidos
inaudibles los besos los suspiros los gemidos
En la extensa noche sumergidos navegando
ungidos en caricias como olas que llegan
una y otra vez para quedarse

Las manos tienden el puente
los cuerpos se apuran cruzar
Son susurros estimulantes
que vierte en el caracol la lengua
correspondidos por la piel erizada
y la cadera fuertemente apoyada
en el pubis varonil al punto que ya
no hay espacio entre ambos para
evitar que se puedan unir

Con lenta tibieza el placer comienza a descender
a unirse con esa lengua que nada en su sexo como
un pez
Baja la mirada con gratitud los labios en silencio
dan su aprobación
Las aves revolotean sobre los senos el gemido nace
exigente imposible detener del vientre llueve cálido
el gozo que la desvanece en su intensidad

Mis manos penetran
el invisible halo que la rodea
Su piel es barro entre mis dedos
y voy moldeando de amor su cuerpo

Bajo el alero de su mirada
su fragancia mi clima cambia
Testigo de ello pongo a mi cielo
cuando Ella llega celeste queda

Ella . . .
con su sonrisa de niña
y su mirada tórrida
en su alcoba me espera
toda ella desnuda
toda ella hecha luz
en el centro de su lecho
en oscuridad profunda
Ella . . .
esencia suprema
de amor el símbolo
le da sentido a la vida
Y en el abismo de la pasión
hundidos
De pecados, limpios resurgimos
Ella . . .
es el otro extremo del hilo rojo
donde las almas se unen
#PoetaUrbano

  • Autor: Roberto V (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 10 de julio de 2022 a las 19:29
  • Categoría: ErĂ³tico
  • Lecturas: 44
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