Carta a mis hijos

Tal vez no sea el padre perfecto, ni el más querendón del mundo , mi rostro siempre enojado, impide aveces que se acerquen a decirme algo. disculpen que no pueda cambiar eso, los años no han pasado en vano. Mi rostro ya fue tallado por el tiempo. Quizás algún día, cuando vean un niño trabajando en la calle entiendan, algo que me tocó vivir, aveces no todos tenemos la misma suerte. de aquel niño que está en casa jugando , que no tiene que salir a buscar el pan vestido en arapos, limpiando lunas ,haciendo malabares o alguna monada. El tan solo tiene que ser un niño, estudiar ,jugar solo eso.

Yo tuve que ser grande de muy chico y pase tantas cosas malas que en algún momento me olvidé de sonreír, mis sonrisas volvíeron el día que los conoci. Mis queridos hijos . No tengan miedo nunca, de decir lo que piensan. nisiquiera a mí que soy su padre , a nadie ; pero siempre con respeto. Hablar muchas veces te permite conocer mejor a las personas . Deben saber que no todo el que te sonríe es tu amigo. Y si alguien se ríe de ustedes no dejen que eso les moleste . El payaso deja de ser divertido si nadie se ríe de sus chistes. Aún están en una etapa de aprendisaje. En el camino hallarán cosas buenas y cosas malas . Ustedes elegirán cuál tomar . Nunca dejen que el miedo los detenga ni que la flojera los duerma, perseverar es de valientes y de aquellos que de tanto intentar lograrán sus sueños y metas . Pueden hacer todo lo que quieran que nadie les diga que no pueden. Solo por qué ellos no pueden no significa que ustedes no puedan hacerlo . A pesar de mi mal genio doy gracias a dios por qué tengo unos hijos buenos, mi mal genio es mi molestia heredada de mi pasado. A ustedes los amo . Con ustedes la roca en mi pecho se quebró hace tiempo los amo infinitamente. Yo soy feliz hasta que ustedes deciden quitarme de ese estado, pero si creen que estoy molesto se equivocan . Se que son niños y trato de entender pero hay cosas que corregir y me toca hacer el papel de malo. El viejo aveces llega cansado , muchas veces voy a recogerlos con una sonrisa y termino con una tristeza al escuchar las quejas . De lo mal que se portaron o las riñas entre hermanos . Son mis hijos y nada de lo que hagan podría hacer que deje de amarlos. Por el contrario me llena de tristeza . Por qué tengo que castigarlos para que no desvíen el camino , yo jamás dejaré de amarlos ni en esta vida ni en otra . Quisiera que un día hicieran las cosas no por miedo al castigo . Sino por miedo a defraudar a su viejo y llenarlo de tristeza. No seré yo quien elija el camino que deban seguir . Solo me queda darles aquello que les ayude a enfrentar los problemas de la vida una buena educación . Pero de algo si deben estar seguros , no importa el camino que elijan sea bueno o sea malo . Su viejo nunca dejará de amarlos .

Y no les digo esto con palabras por qué las palabras desaparecen al momento . Prefiero dejarlo escrito y quizás algún día logren entenderlo. 

El viejo no estaba enojado , estaba triste.