Ella...

Tan ingenua y coqueta a la vez, no te percatas

cuando se hunde en el mar de sus pensamientos y desaparece...

Pueden pasar días, semanas, a veces meses,

cuando de repente aparece de nuevo,

la vez deslumbrar, atraer y cautivar, ahí va de nuevo,

sabe que siempre hay un ¿te espero?...

No acepta, se deja llevar por la corriente de historias

nunca antes vividas, más que solo en su mente,

y en su imaginación...

No todo lo que brilla es oro, y no todo lo que se desea

trae felicidad cuando lo tenemos.

Ella y su perfección como coraza, siempre ha sido un

gran peso en su mochilita de viajes por la vida.

Aun así, ella brilla con luz propia, como luciérnaga de

primavera que acaba de nacer, vuela sin retroceder.

Acostumbrada a momentos estacionales,

fugaces y experimentales

solo busca vivir el ahora, sabe que de repente pueden volverse

segundos los cuales aprovecha sin ningún rumbo,

deja a la incertidumbre sin respirar, sin aparecer en esos días de

oportunidad los cuales odiaría abandonar,

y es que no es algo que se deba calcular, en ella solo se da,

de repente la vez coleccionar corazones rotos

sin sentido por algo sin explicar,

Corazones que aparecieron en el momento menos indicado

y en el tiempo menos predestinado.

Ella... tan linda y rara a la vez,

más vale alejarse, más vale no enamorarse

a menos que se quiera ser parte de su colección

de corazones vacíos, sin sentido y sin razón.

Ella... una chica excelente, bastante loca de a ratos.

A veces tan triste, a veces tan muerta de risa,

a veces mala...