Gigante de los aires, te saludo. Aprecio como se agita tu gris
vestidura. A tu vera, ruge el mar, y con golpes azutadores,
hiere las rocas...Baña con sus olas, la arena caliente de la que
emana un velo vaporoso que envuelve el cielo...
Quiero contemplar tu cara serena, pues de entusiasmo mi
alma llena.
Cuando las estrellas se apagan, se colorea de rosa el
oriente, mientras las sombras se unen a occidente, y las
nubes lejanas del sur. Hoy el cielo está limpio, y la noche
tranquila, el mar en calma y el aire dormido, debido a ello,
no grita tu negra cabellera repleta de rizos...
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Autor:
emiliodom (
Offline) - Publicado: 24 de junio de 2022 a las 05:06
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Martín, C. Eduardo Barrios (Ex-Toki), alicia perez hernandez.
Offline)
Comentarios1
Conocí del Teide leyendo la obra de Dulce María Loynaz, y desde entonces me gusta leer y escribir sobre él, aunque nunca le he visto: También soy isleño, pero de Cuba, así que una distancia inmensa me separa de esa tierra, que con mis 73 años ya se hace inalcansable.
Gracias por el poema. buena lectura: gigante de los aires. tiene mucho sentido.
Saludos fraternales,
Frank
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Gracias Frank por tu comentario tan sentido. Me alegra saber que sabes del citado bolcán tinerfeño.
Yo he tenido la ocasión de visitarlo y darme un buen psaeo por toda la isla. Te diré cosa que tu bien sabes, que podemos viajar mediante los libros y hoy en día por Google .
Un saludo cordial
Gracias amigo, una de mis grandes penas en esta vida, es no haber visto el Mediterráneo, por eso la canción de Serrat me deja muy nostalgico. Y entonces ciertamente me salvan los libros, porque desde niño ya comencé a leer hasta las piedras. Y me asusta encontrar que mis estudiantes de la universidad, una gran parte de ellos no han leído ni el cuento infantil de la caperucita... Y a todo eso se suma Tenerife, que ya sabes la descubrí de la mano (más bien la pluma) de la Loynaz, a quien dediqué uno de mis libros.
Por supuesto, no faltarán en él mis sentimientos por el Teide. Según la Loynaz, muy cerca de su cima, aspera y todavía volcánica, en áspera tierra, encontró una flor, que yo denominé la Violeta del Teide. Si te interesa y me facilitas un correo, lo puedo enviar con sumo placer. Es una obra que hice con dedicación, como con ninguna. La escribí para un concurso, y dediqué muchas horas a la preparación. Estudié sus obras y no solo su vida, sino la de la familia Loynaz; y le dediqué específicamente más de un poema. Pero el tribunal no lo incluyó siquiera entre las finalistas. Entonces la propuse a la editorial española, y la publicaron en 15 días.
Muchas gracias por el contacto, me place hablar sobre esos temas
Frank
Hay 2 comentarios más
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