Pinchos de rosa y un rayo del libro
como llama de aquel sol afloraba
Suspendido en el aire custodiaba
mis sueños por cuyo recuerdo vibro
Un marco aislado celeste en madera
encajaba su imagen y las cartas
bajo sus pies con mil grietas abiertas
adornaban la habitación austera
Donde dormía el que fui, el niño chico
Sobre aquella almohada la promesa
de obtener respuesta santa y gloriosa
A dudas nimias de un alma preciosa
sin maldad ni meta fútil confesa
que por aquel santo pidió un chavico
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Autor:
Julio (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2022 a las 04:30
- Categoría: Sin clasificar
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