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Un Orfanato llamado Soledad

Vivo en soledad desde el primer momento en que abrí mis ojos

De tantos hogares en los que viví, la soledad me cuido con el mayor mínimo cariño que pudo, siempre estuve acostumbrado a sus desolados cantos, los mismos que hoy canto, también a su distante y silenciosa presencia, en su mirada vacía veo cortos destellos de verdadera compañía.

Una noche la ilusión me visitó, con el manto de su ilusión me envolvió y delicadamente me elevó, me regaló la llave a miles de mundos que hoy visito con ilusión, con la mirada preocupada se fué.

El pozo de la nostalgia, lo visitaba mucho, ese fue mi lugar especial, recuerdo beber de sus aguas y vivir los recuerdos pasados de cualquiera que estuvo donde estoy.

¿Dónde están los demás?

Me lo preguntaba cada que caminaba por los pasillos de la preocupación, con su mirada fríamente acogedora la soledad me llevo a un lugar nuevo.

Jardines de la melancolía, mi verdadero lugar especial, hay mucho que plante ahí que hoy es la arboleda del desahogo, un lugar extenso y lleno de sombría soledad, tal y como es mi hogar, con techo cubierto de ventanales, algunos rotos que dejan pasar luz del sol y la luna, aquí es donde suelo descansar, bajo la sombras y rayitos de luz que me acompañan al soñar.

Escuchar el eco de los murmuros de mi interior, me asusta, el eco de mi voz también... cuando vago por los pasillos aveces veo las sombras de los que están de paso, algunos corren desesperadamente para salir, otros tan quietos hasta dormir, al final desaparecen y no los vuelvo a ver.

Noche y Día, no hay diferencia, entre luz y oscuridad siempre fui libre de descansar, al cielo, las nubes y a las estrellas no les molesta ser contempladas cuando están.

Suelo vagar, por los rincones de la pereza, el aburrimiento y el consuelo de la soledad, ella es como un fantasma, entre blancos y grises se oculta, su voz es su cantar, un murmurar tan suave y apacible que me da intranquila paz, muchos al pasar la suelen ignorar, como si no la pudieran mirar, hay quiénes entre lágrimas sollozantes no la quieren mirar y otros que sin verla gritan que se vaya.

Bostezo tranquilamente, ya todo me da igual, sé que éste es mi hogar, ver a tantos irse y a muchos temer quedarse, aún me llena de dudas ¿Por qué este lugar asusta a tantos? es solo un hogar más ¿No? ¿Soledad? ¿Estás ahí? Siempre juegas al escondite conmigo, desde el inicio...

Separados por vacíos, el abismo, hay puertas y caminos que llevan a lugares que desconozco, afuera hay calles, el miedo y el caos están por todas partes, la soledad me enseñó a pasear por ahí sin que me noten.

Irme a dormir, dejando la melancolía a un lado, hoy me siento bien, Mi habitación, no la visito mucho, cruzando pasillos de silencio, allí, veo el pozo de la nostalgia y a un lado el pequeño camino decorado con piedrecitas de la añoranza, ahí está a mi habitación.

Vaya nombres más específicos... 

Mi habitación!, lugar silencioso, pero aquí no hay ecos!, aquí mis pensamientos no me ahogan, es solo un lugar de descanso, y aunque no siempre pueda dormir, aquí me viene un poco de curiosidad por saber que hay más allá, una ventana que da al vacío, hoy decido abrirla y averiguar qué hay.

Abro la ventana que da a un vacío extenso, decido subir y distraerme viendo al abismo.

Fué inesperado, dí un bostezo creyendo que no habría nada, pero sucedió y a través del abismo la ví...

···

Y al beber del agua de los recuerdos, ví uno suyo:

Ella caminando por los jardines de la melancolía, la vió, a la soledad, ella tan solo se acercó y la intentó abrazar... la soledad tan solo se evaporó, eso a ella le dolió...