Mi más erótico poema

Poetadsym

Parecía natural el sabor que resumaban impertinentes sus labios. Ahí cada noche yo me perdía en el romanticismo de la locura de sus versos, hacía con ellos mis propias rimas para luego terminarlas en el verdadero universo de su cintura en una sensual poesía.

En ellos yo me consumía con su fuego abrasador, quemante incluso en las llenas de mis dedos donde yo sentía su calor y se lo traspasaba luego por medio de mis caricias sobre su piel desnuda.

—¡Quémame! —yo le exigía en mi propia locura. —Hazme el amor con tu aliento de rosas frescas que yo por tí dejaría hasta mi cordura por sentir tan solo un poco de tu sabor a fresa.

—¡Vamos! Seamos en esta noche ese aliento que se pierde en nuestras gargantas fusionadas en el abismo de un beso de pasión, que si hay un momento tibio de dulzura, deberíamos consumirnos en el fuego ardiente en llamas de este erótico amor

Seamos más que esas fantasías prometidas en el olvido de una mañana, ya que si esta noche desea ser vencida, de seguro querrá caer en el borde de nuestra cama derrotada. 

No olvidemos de nosotros esas poesías que yacen nerviosas esperando en la yema de nuestros dedos, que si esta noche dejamos atrás nuestras fantasías, nuestros versos buscarán perderse en el poema de otro universo entero. 

Seamos infinito en la profundidad de nuestros ojos; ahí rescataremos esas mismas fantasías que deseaban imperiosas ser extraídas de nuestra piel. Así, tú en tu lugar, con tu aliento de fresa; yo, en el mío, seremos esta noche el más erótico poema que cualquier poeta siempre ha querido poseer.

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