Mito

Pluma de Fuego


AVISO DE AUSENCIA DE Pluma de Fuego
ET IN ARCADIA EGO

Escucharás el silencio,

de mis palabras mudas,

cuando tu cuerpo desnudas,

en ese íntimo momento,

en el que solo tengo el deseo,

que transcurra demasiado lento.

 

Tu cuerpo, obsesión de mi deseo,

quiero liberarlo de las cadenas,

como Andrómeda lo fué por Perseo,

para apresarlo a mi cuerpo,

que de un éxtasis lujurioso lo envenenas.

 

Pero no, no creas que…

que solo es así como te veo,

sino también como aquella diosa,

Oh sí!

excitante, sensual y hermosa: Venus!

 

Te imagino cual Botticelli,

al nacer de la espuma de  los mares,

a tu monte mis labios acercaré,

caricias suaves y deleitosas realizaré,

acompañadas por mi aliento excitado,

que ni Eolo se esplicaría,

el porque sopla así,

con tal frenesí el viento,

exhalado por mí.

 

Bebamos Ambrosía,

y seamos siempre jovenes y hermosos;

hagamos el amor cada día,

a la luz  y al calor de Helios,

o bajo el manto de las estrellas,

de nuestra Galaxia,

donde solo Selene,

que hasta rayar el alba nos espía,

con tal ataraxia,

que nos permite deleitarnos,

alcanzado el clímax,

antes de aparecer la aurora,

y los primeros rayos del Sol

que tornen el cielo arrebol.

 

Por ti descenderé al Averno,

solo por rozar tu tersa piel,

besar tus pechos y muslos,

suaves, excitantes y tiernos,

envainando en tí mi espada;

de hoja ancha y alargada,

con punta de rubí, en forma cerezada,

así del hades te rescataré,

a los Elíseos te llevaré,

y en esos campos,

por siempre mía, te tendré.

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