¡Ho, madre!, en este memorable día,
me invade de nostalgia el corazón
y me llena de cruel melancolía,
porque ya no me das la bendición.
Tu imagen es la estrella vespertina
que ilumina mis noches de quebranto,
y del cielo despeja la neblina
de mis ojos, cubiertos por el llanto...
Ya no puedo vivir sin tu consuelo;
sin la dulce piedad de tu mirada,
pero sé que me guías con desvelo.
Pero un día mi vida, ya cansada,
buscará el dulce abrigo de tu velo,
cuando llegue al final de mi jornada.
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Autor:
Marini (
Offline) - Publicado: 8 de mayo de 2022 a las 14:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Ross4, alicia perez hernandez.
Offline)
Comentarios1
Pero un día mi vida, ya cansada,
buscará el dulce abrigo de tu velo,
cuando llegue al final de mi jornada.
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Preciosos versos dedicados a la autora de tus días , la cual merece tan loables palabras de amor y de nostalgia.
saludos poeta
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