Ayúdame….con el Madero.

Carlos Ojeda

Cuando empecé a dar mis primeros pasos en la escritura.

 

Ayúdame…. con el Madero.

 

... me conmovió,se veía triste y derrotado, gemía y sus lamentos entre sollozos se confundían con la necesidad de saber más. No entendía lo que pasaba. Como puede llegar al llanto quien ha sido el ejemplo usado para ensalzar el éxito. Como definirá lo que derrota es, cuando solo ha contenido las mil y una veces a ese Goliat que cada uno lleva por dentro y no termina de morir.

Puse atención y me apersone del caído. Siempre quise ser un instrumento de Dios y se me daba una oportunidad, tal vez pueda ayudar, pero como.....ay, Dios mío! ....dame sapiencia y sabiduría, déjame ser quien pueda ayudar.

Ojalá, no se me confundan mis ideas ni mis  pensamientos. Mis súplicas se transformaron en oraciones en que momento....no se!, pero ya Yo no era Yo !.... era el puente entre lo divino y lo terrenal, entre el bien y el mal, entre virtud y pecado y confieso ....que me sentí útil.

Sabía que como todo incendio las llamas que devoraban a este hombre debían ser contenidas y busqué una palabra adecuada para poder llegar en nombre de aquel que nos redimió. Nada puede contra el espíritu de Dios.

Esos quejidos se hicieron llantos y sollozos; pude ver que en su interior, había un hombre bueno que presumía de no haberle hecho daño a nadie y por ende siempre un santificador más de cualquier nuevo santo que la tradición lo inventara para poder llegar por el camino corto a Dios.

Ahora entiendo, la conciencia abrió sus puertas y quedaron dentro de ese desorden un llamado para que la virtud se anide y lo acompañe. Los demonios hicieron lo suyo pero quien contra Dios puede.....aquel que mandó a su hijo y que todavía está en el madero ....reclamaba su espacio y ahora tenían que huir. No puede haber luz y oscuridad al mismo tiempo, lo dulce no puede ser nunca agrio y lo bueno que lejos está de lo malo.....estaban en plena huida y Yo, estaba ahí.

Me aseguré de que entienda que el nazareno lo habían dejado en el madero y nadie hace nada; le expliqué que era necesario que se presente a batalla contra este enemigo común para toda la humanidad. Cada vez que una Madre sufre, cada vez que un niño llora....cada vez, cada vez! es una llamada para actuar poniéndonos de parte del bien, solo así, juntos lo bajaremos....vamos Yo te ayudo!.

Aquí solo se pierde, cuando dejamos para mañana, la tan bendita resurrección, que resulta incómoda por que nos recuerda que hemos llegado a ser impíos y tolerantes a los frutos de un sistema que por diabólico....tiene que terminar.

Lo logré. Pude percibir y darme cuenta que escuchó.

No es solamente ser conocido como una persona buena lo que nos hará diferentes a los ojos de Dios, hay mucho más contenido en la doctrina Cristiana.

Hay que vivirla día a día.

Al final del día me sentí útil, agradecí a Dios por que me permitió conocerlo y bendije a mi Madre, por sus enseñanzas.

          A mis amigos.

 

D.R.A.

Carlos H Ojeda Behr.

 

 

  • Autor: Carlos H. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de abril de 2022 a las 08:58
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 29
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