Amar y Arriesgar. -

Raiza N. Jiménez E.



 

Hoy, en esta templada y diamantina noche,

yo descanso, sobre éste, tú palpitante pecho.

Es una velada plena, de amor y de derroche.

Asombra verme sumergida en tu cálido lecho.

****

Oigo los fuertes latidos de tu corazón amante

y aprecio en ti, toda tu bondad y tu hermosura.

Suspiro, con el fuerte eco de un cielo destellante

y mi cuerpo se agita, frente a tú diáfana ternura.

****

Yo sé que tú, no eres mi eternidad, y no me limito.

Pero, bendigo todo este rito de amor inmemorial.

Sé que tu alma aspira a la sacra unión de lo infinito.

Esta noche sabrás que, no deseo, esa unión celestial.

****

Quiero amarte tal y como eres, en este instante.

No me fortalecen las cadenas que me condenan

a existir, de una manera tradicional y paralizante.

Tal cómo ánimas que, llevan yugos y que, apenan.

                                                  ****                                                     

¡Yo, conozco bien la cárcel física, mental y emocional

y no cambio, “libertad” por plata o; de oro, un arsenal!

****

  • Autor: Rainajim (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 10 de abril de 2022 a las 16:49
  • Comentario del autor sobre el poema: Comentario.- El emparejamiento, no es un sueño, una fantasía o una “casualidad” del “veremos qué pasa”. Es todo lo contrario, es un asunto muy serio que, compromete toda la vida de dos o más seres implicados en la relación amorosa que se vuelve “relación familiar”. Si se aspira a una relación firme y duradera, hay que comprometerse, es decir, meterse de lleno y construirla y reconstruirla cuando se necesiten cambios acordados en el seno familiar. De inicio, entre ambos, la pareja, y luego el apoyo familiar. No se puede andar por la vida, por ejemplo: calentando otras camas o en conductas censurables que destruyen las promesas de vida hechas y aspirar, con toda certeza, al verdadero compromiso con amor mutuo y respeto incluido. Sí pactas un compromiso, has de saber racional y emocionalmente, hasta dónde quieres llegar para cumplir lo prometido y sí no quieres cumplir la promesa, informar al otro de tus planes unilaterales y, lo más importante, has de preguntar si el elegido o elegida, quieren bailar la misma música contigo, “Hasta que el cielo los separe”. Obvio que, es una frase hecha por los cristianos y los que apuestan a una eternidad amorosa. ¿Con valor emocional y ético? Sí. Por cierto, en estos tiempos son pocas esas promesas, pero las hay. Caminar esta frase y hacerla eterna depende de “todos” y principalmente, de los dos involucrados en el “casa-miento”. La pareja es un par de constructores, socios de una empresa llamada” Familia” y el éxito de ésta, dependerá primero, de los dos protagonistas del matrimonio o unión marital y luego de los involucrados en el entorno inmediato. Una pareja clara en sus “para qué, para dónde y cómo”; puede tener tropiezos, pero si está comprometida en continuar su obra, hará ajustes de común acuerdo y establecerá límites a los externos, para llevar la fiesta en paz y a feliz término. “Cuando el cielo nos separe”. Este deseo no es un milagro que llega solo y sin guía o respaldo. Este deseo hay que crearlo y recrearlo día a día y minuto a minuto. Y es precisamente, tarea de la pareja o de los dos jurados y comprometidos la de llevar adelante su promesa en el Altar o en la vida. NOTA AL PIE: Todo compromiso y/o promesa rota debe tener un sano cierre, el no hacerlo debidamente, creará un hábito nada sano, del: ”Cómo va viniendo vamos viendo”. Es provechoso, saludable, útil y oportuno saber que: Situación Conflictiva que no se resuelve y se cierra debidamente, volverá como Sísifo para recordarnos qué estamos en el mismo conflicto ya que tenemos una tarea de sanación “sana-acción” pendiente. Lindo día.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 43
  • Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, Omaris Redman, Sierdi, Ann🌼, Tuyarev.
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Comentarios4

  • Raiza N. Jiménez E.

    El emparejamiento, no es un sueño, una fantasía o una “casualidad” del “veremos qué pasa”. Es todo lo contrario, es un asunto muy serio que, compromete toda la vida de dos o más seres implicados en la relación amorosa que se vuelve “relación familiar”.
    Si se aspira a una relación firme y duradera, hay que comprometerse, es decir, meterse de lleno y construirla y reconstruirla cuando se necesiten cambios acordados en el seno familiar. De inicio, entre ambos, la pareja, y luego el apoyo familiar. No se puede andar por la vida, por ejemplo: calentando otras camas o en conductas censurables que destruyen las promesas de vida hechas y aspirar, con toda certeza, al verdadero compromiso con amor mutuo y respeto incluido. Sí pactas un compromiso, has de saber racional y emocionalmente, hasta dónde quieres llegar para cumplir lo prometido y sí no quieres cumplir la promesa, informar al otro de tus planes unilaterales y, lo más importante, has de preguntar si el elegido o elegida, quieren bailar la misma música contigo, “Hasta que el cielo los separe”. Obvio que, es una frase hecha por los cristianos y los que apuestan a una eternidad amorosa. ¿Con valor emocional y ético? Sí. Por cierto, en estos tiempos son pocas esas promesas, pero las hay.
    Caminar esta frase y hacerla eterna depende de “todos” y principalmente, de los dos involucrados en el “casa-miento”. La pareja es un par de constructores, socios de una empresa llamada” Familia” y el éxito de ésta, dependerá primero, de los dos protagonistas del matrimonio o unión marital y luego de los involucrados en el entorno inmediato. Una pareja clara en sus “para qué, para dónde y cómo”; puede tener tropiezos, pero si está comprometida en continuar su obra, hará ajustes de común acuerdo y establecerá límites a los externos, para llevar la fiesta en paz y a feliz término. “Cuando el cielo nos separe”. Este deseo no es un milagro que llega solo y sin guía o respaldo. Este deseo hay que crearlo y recrearlo día a día y minuto a minuto.
    Y es precisamente, tarea de la pareja o de los dos jurados y comprometidos la de llevar adelante su promesa en el Altar o en la vida.
    NOTA AL PIE: Todo compromiso y/o promesa rota debe tener un sano cierre, el no hacerlo debidamente, creará un hábito nada sano, del: ”Cómo va viniendo vamos viendo”. Es provechoso, saludable, útil y oportuno saber que: Situación Conflictiva que no se resuelve y se cierra debidamente, volverá como Sísifo para recordarnos qué estamos en el mismo conflicto ya que tenemos una tarea de sanación “sana-acción” pendiente. Lindo día.



  • Raiza N. Jiménez E.

    Un lindo día para todos en especial para los cumpleañeros. Felicitaciones..

  • Antonio Miguel Reyes

    Tu poema bonito
    Tus argumentos silogismo puro de certeza.
    Un verdadero placer
    Abrazos

    • Raiza N. Jiménez E.

      Gracias Antonio,
      La verdad no me puedo escapar de lo que más hago en mi profesión. Y algunos dramas son reales. Saludos y gracias por comentar.

    • Sierdi

      Me haces soñar, estando despierto,
      Porque, aunque mi musa, inmóvil, sueña.
      Embebe, de sus sentimentales, aciertos.
      Haciéndolos, la herramienta, propicia,
      Para proveer, del elixir incorruptible,
      de sus versos.

      Saludos poeta.

      • Raiza N. Jiménez E.

        Buenos días Sierdi.
        Gracias por tu visita y por esos lindos versos. Un abrazo.



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