Hulla

Aida c. Gispert

Hay una guerra que al humano no le estorba. 
El conflicto de la rabia, que se instala como fuego que devora veloz. 
Y el vendaval, que se esconde dentro del cráneo, la atiza, de forma agresiva, dentro del pecho. 
Puede quebrar huesos y despedazar pieles
pero dejar el exterior intacto. 
Porque el ego la endereza con etiquetas que doman la hoguera y normalizan la violencia que arde en los ojos. 
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Comentarios1

  • Tommy Duque

    Es la eterna batalla del otro yo interno, ¿y por fuera? Tranquilos frescos como lechuga..
    Muy bueno.



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