Carta para enmendar

Katastrofeq

Esto va escrito a la única persona a la que mi existencia le puede interesar, la que entiende lo difícil que fue emprender esta andanza, del camino de la consciencia que fue emprendido tras entrar a la cueva roja, tomar su agua e ir por las rocas de sangre fría, habiendo perdido la razón primordial, el amor me hizo perder el sentido de las demás cosas, dejada la ropa, dejada a la vista la fragilidad, aquella que envuelve al alma triste y pide por ella. Estando de pie caminando entre tantas piedras, sintiéndome atravesar sin más y como siempre por la vida, entre una de ellas, de las cabezas duras, creí haber visto la tuya; en ese instante sentí la muerte y la resignación ante las cosas después del terror, sólo sollozaban los ojos y el pecho se abría desde adentro, quien lo hubiera visto pensaría que la puerta hacia la belleza del hombre por fin sería puesta a disposición para ir a comer los mejores frutos de la Tierra

Viajero insaciable, ese que no le bastó con ver y recibir lo que se caía de los árboles, ese insaciable que no le bastó el rayo de sol ni la inmensa hoja y corto la vela de la Tierra para darse luz y calor a él solo, aquel hombre que anda sin parar a ver el camino porque sigue en línea recta su fantasía, me ha dicho la codicia en tu mirada que buscas el Palacio Mayor,  el primero de todos en donde encontrarás infinitos tesoros, pero puesta queda la duda ¿De qué sirven infinitos tesoros a finitas manos? Ese brillo plantado en tus ojos no te está dejando ver del todo, ¿Has visto lo que es un tesoro o cómo sabrás encontrarlo? Ciertamente si no puedes ver de modo completo algo, desconoces la naturaleza de lo que buscas, crees que al ver la cola ya conoces al gato y lo que es peor aún, crees ya tenerlo, pero quizá aquella cola sea la de un puma, quizá vayas hacia la pérdida de las riquezas ya obtenidas, quizá algo clave en ti sus colmillos, realmente desconoces a lo que sigues, el trozo de la vela hurtada no te sirvió, ¿Crees que podrás verlo? ¿Podrías saber frente a lo que te hallas? ¿Podrás con lo que sea hombre de grandes fuerzas? ¿La verdad? ¿Qué pasa si las garras buscan tu pecho o los colmillos tu cabeza, mantendrás firmes los deseos sobre el que ya sería tu tesoro o saldrías corriendo? Tú por un lado, la belleza y el amor por el otro

Todo lo que pueda correr es porque tiene un espacio y si no llega a ser así lo busca con desespero. Así es cómo salgo a correr hasta ti por medio de un camino de palabras con aún más símbolos que los trazados por la tinta

Bogotá. Febrero de 2022

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