Sígase la máxima.

Alberto Escobar

 

Si no has hecho cosas dignas de ser escritas, 
escribe al menos cosas que sean dignas de ser leídas. 

—Plinio el Joven a Tácito.

 

 

 

 

 

Mi vida es poca cosa,
está trufada de rutina
—la rutina es base, esencia,
pero no por indispensable
es menos gris.
¿y tu vida? —el otro día 
me aseguraste que el cielo
que cubre tu existencia
es de un plomizo galopante.
¿Cómo salir de ese círculo
vicioso?¿Cómo abandonar
esta molicie
—que es un gineceo, y tú Aquiles, 
con tumba y sin féretro?
Te lo dije el otro día
querida lectora: coge fuerte
del mango tu gorda brocha
e impregna sus cerdas de un azul
relampagueante, que dañe la vista
de tan azul como es, y al modo
juanramoniano despereza extrovertida
su esplendor sobre el dorso callado
de tu desidia, y hazla despertar. 
Sabes por experiencia
que la vida necesita su constante,
su colchón sobre el que apoyar
el fragor de su ritmo, y esa espalda
—ajada de tanto azote— es la rutina,
ese lo-mismo-de-siempre que conforma
la antesala de la sorpresa, el envoltorio
anodino de un caramelo delicioso
del que no esperabas noticia. 
La fronda sobre la que pace
la escritura es la imaginación,
si bien esta no es dable sin la realidad
sucesiva que constituye tu biografía. 
Que la verdad no estropee una buena 
noticia: Sígase la máxima a rajatabla. 

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de marzo de 2022 a las 08:33
  • Comentario del autor sobre el poema: No es un haiku ni pretende serlo. Quien quiera haikuizarlo aquí tiene las palabras.
  • Categoría: Haiku
  • Lecturas: 34
  • Usuarios favoritos de este poema: Kapirutxo, alicia perez hernandez.
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