Un minuto en mi mente

Limoneyes


AVISO DE AUSENCIA DE Limoneyes
A veces no sé que escribir.

Cuando todo está en calma y no se escucha ni siquiera el murmullo del viento, si me concentro lo suficiente, puedo escuchar una voz que me susurra "detente". 

Detén el universo, detén el tiempo, detén el mundo, tus pasos, pensamientos, tus latidos... Detente. 

Cuando hay demasiado ruido y no se escuchan aquellos buenos pensamientos que te salvan del abismo, puedo escuchar una voz qué me grita "molestia".

Tu nombre, tus abrazos, tu respiración, presencia, tu ser. Molestia. 

Cuando hay mucha luz qué incomoda la vista, cierro los ojos y decido observar lo que hay dentro de mi mente, el fondo, donde no creía que llegaría, entonces, puedo ver  los pensamientos más oscuros y monstruosos, que asustaría a cualquier ser con un poco de cordura, y se puede sentir la presión más grande y agobiante, que es como si te ahogaras sin la necesidad de estar bajo el agua. 

Cuando me canso de tanta oscuridad y decido volver a la luz, abro los ojos y me doy de frente contra un muro invisible de miedo, que me arropa y me envuelve, me consume y se adhiere a cada parte de mí. 

Cuando siento que todo va bien y es demasiado bueno para ser verdad, se disparan las alertas y aumenta la tensión, el nerviosismo me controla y no puedo dejar de esperar a que pase lo peor.

Cuándo las lágrimas quieren salir y me duele la cara, lo pago contra el muro para disipar las lágrimas. 

Cuando me duele la cabeza de tanto pensar, me dan ganas de arrojarme desde lo más alto y volar.

Cuando la vida me pasa por al lado dejándome muy atrás, la muerte me da la mano y me promete descansar, no es tan cruel como dicen, no está llena de maldad, simplemente quiere que la acompañe a caminar. 

Cuando la soledad me envuelve y las lágrimas llenan mi habitación, pensamientos con forma de tornado destruyen todo a mi alrededor, y dejo de ver, oír, escuchar, todas esas voces que me intentan salvar, y no dejo de ver, oír, escuchar, el cuchillo tocando a mi puerta para que lo deje pasar,  las pastillas rompiendo la ventana y acercándose más,  la soga esperándome en el pasillo por si intento escapar, y a mi mayor enemigo, mi reflejo, gritandome por piedad, gritandome que lo haga.

—Limoneyes

  • Autor: Limoneyes (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 10 de marzo de 2022 a las 11:18
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 52
  • Usuario favorito de este poema: WandaAngel.
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