¿A qué huele la guerra?

jorge enrique mantilla

¿A qué huele la guerra?

 

La guerra huele a naturaleza en descomposición arrasada

A tierra fértil desolada, ardiente y quemada

Huele a destrucción, a tristeza, a sirenas de ambulancias de llantos escuchadas

Huele a vísceras descompuestas, que al aire lleva diseminadas

Hiede y apesta a olores desagradables, del olfato por siempre recordada

Huele a hollín, que arde con fumarolas de azufre en lo alto formadas

A putrescina de olores fétidos, con asco en la mirada

Huele a cadaverina, de gritos desgarradores sin ecos silenciada

Sus aromas son pútridos del cuerpo humano, su vida hermosa terminada

La guerra huele a muerte, acabando con los sueños de la vida alegre soñada

Hiede a pestilencia desagradable, del odio inmisericorde despertada

La guerra huela pólvora en el cuerpo humano, vilmente explotada

El hedor espantoso de cadáveres en descomposición por nadie llorada

 Hiede y apesta en los cerebros de los gobernantes, de mente diabólica tristemente gestada

Sus olores son horrorosos, de la vida sagrada por otro malnacido asesinada

Los olores de la guerra son espantosos y terroríficos, que otros cambian de mirada

Sus hedores quedan flotando en el ambiente por nuevas generaciones olvidadas

La guerra huele a sangre, que en la trinchera quedó tristemente derramada

Llora en el interior el alma triste y olvidada

Huele a las lágrimas de aquél que la sufre con gritos desgarradores, por nadie escuchada

Quedando sus olores estáticos en las noches tenebrosas de espantos asustadas

La guerra hiede y apesta a invasión del fuerte al débil, sin causa justificada

Huele al dolor de familias diseminadas por el horror, por la persecución y la muerte por sus tierras arrancadas

¿Se has detenido por un instante a que huele la guerra con su sangre derramada?

 

La guerra es un instrumento político al servicio de un Estado violento

Somete y despoja con las fuerzas de las armas, sin pudor al sometimiento

Destruyendo al enemigo, exterminando la vida y la belleza de su sentimiento

La guerra es el mayor conflicto, que causa dolor, lágrimas, muerte y sufrimiento

Es vida o es muerte, que arrastra el ser humano por el poder desde su nacimiento

Son las ansias y las ínfulas de poder, riqueza y grandeza, que atesoran en los palacios de lujo de sus establecimientos

La guerra es bombardear, destruir, quemar y arrasar sin lágrimas, ni lamentos

Es matar, abusar, violar y asesinar a sangre fría, con la barbarie de sus actos sangrientos

No existe la compasión, ni los derechos humanos, ni miedos en el interior de sus estremecimientos

Hiede y apesta a carne chamuscada y quemada, de aves de rapiña y roedores hambrientos

Es el hedor de la vida extinguida, del cuerpo sangriento a la tierra, que lo vio nacer su ofrecimiento

Es la lucha fratricida entre hermanos, esperando que el débil caiga para su fusilamiento

Son vientos huracanados, que arrasan tormentas del corazón sangrante y herido, sin la bendición del divino Sacramento

Los pasos de la guerra llevan hedores que apestan de los pobladores con sus heridas, en sus horribles sufrimientos

La guerra hiere al espíritu en las entrañas de su abatimiento

¿Alguien sabe, a que huele la trinchera con los cadáveres después de su atroz fallecimiento?

 

La guerra hiede y apesta esparciendo sus temibles, horrorosos y apestosos olores

Huele a colonias y fragancias en los palacios de los gobernantes, protagonistas y actores

Huele a aromas exquisitas, en reuniones de presidentes, cancilleres y embajadores

A perfúmenos y licores, a wiskis por el brindis de sus serviles colaboradores

Huele a cocinas que esparcen sus agradables olores en las cenas, por el triunfo de los vencedores

La guerra huela a orquídeas, que adornan los recintos de los palacios de aquellos malnacidos defensores

Hule a tabaco y ron, para los bebedores de la sangre de la guerra, que atizan los temibles predicadores

La guerra huela a armamento nuclear, amedrantando con su fortaleza, la riqueza de sus constructores

Huela a incienso y a flores marchitas en el jardín desolador, de la vida hermosa de los perdedores

Hiede y apesta a sangre derramada putrefacta, del soldado con gritos aterradores

Huele a sudor y pimienta en las trincheras, que ciegan sin lagrimas los ojos abrumadores

La guerra huela a desolación y tristeza de ver a familias destruidas y muertas por sus temibles perseguidores

Hiede y apesta del lazo cruel de la horca de los traidores y desertores

La guerra hiede y apesta a estiércol nauseabundo de aquellos malditos dictadores

Es el fin del ego y la vanidad del adefesio gobernante, que pretende a la fuerza la tierra hermosa de sus acreedores

La guerra es el engendro del mal, que causa agonía, sufrimiento y muerte, con llantos de sus dolores

Es el terror manifiesto y el miedo del que la siente y la vive en carne propia, en las entrañas de sus horribles temores

Los que auspician la guerra no tendrán compasión de Dios, ni con súplicas, ni rezos conmovedores

La guerra huele a muerte, acabando la vida hermosa y placentera de aquellos inocentes soñadores

¿Crees por un instante que la guerra nos hace más importantes y entre los hombres los mejores?

Unamos nuestra oración a Dios, por la paz del mundo, por la vida hermosa, para que no haya más dolores, ni sufrimientos y la reconciliación nos llene de amores.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga febrero 28-2022

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

  • Autor: Joreman (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de febrero de 2022 a las 12:22
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 69
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Comentarios1

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    Excelente reflexión existencial...

    Se me ocurre complementar y agregar ...

    ¿A qué huele la guerra?

    Tiene inmorales y desagradables olores
    La guerra huele a ser humano criminal,
    huele a injusticia y a inocentes víctimas
    huele a sucio engaño y mediocridad,
    la guerra huele a fétido olor de cinismo
    y ausencia del ánimo espiritual,
    la guerra huele a un absurdo exterminio
    de la sensibilidad mental y emocional,
    huele al insensato logro castrense
    en lugar de erigir una escuela o universidad,
    cementerios y uno que otro hospital,
    huele a engaño de la capacidad intelectual,
    huele a incongruencia e incoherencia
    a disparatada y descabellada hostilidad,
    la guerra huele a sinrazón y desatino
    a conflagración y a irracionalidad,
    la guerra huele a diplomática cruzada
    para engañar al orbe que la paz es necedad.

    Programa 67 - Sin horario ni fecha en el calendario - Parte 2
    https://drive.google.com/file/d/1SBmZGoCV5SQzb44NZC8vHZlw2htkLaOh/view?usp=drive_web
    Disponible en https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-652479

    La paz en ascuas en el mundo.

    Nuestra audio-revista dedica 60 minutos en favor de la causa de la justicia y la paz.

    Nuestra plegaria: ¡Queremos la paz!

    Saludos cordiales



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