Pensamientos reciclados de un libro

Aquí estoy bailando solo una canción para dos. ¿Me lo merezco? Posiblemente si. Tal vez hiciera lo que no tenía que hacer. Fue simplemente un error más de tantos.

Y solo tengo un recuerdo el recuerdo de los segundos más hermosos de mi vida, también son los que marcaron mi existencia. Esta absurda existencia.

Los que nos solemos arriesgar tenemos que pensar en los resultados si damos un paso más, adelante o atrás. Debemos sumar y restar las consecuencias de los acontecimientos . Somos presos de nuestro comportamiento, por que si no sale bien, nos derrumbamos y sufrimos 

Llevo dos años pensando en un beso. Un beso que parece simple para cualquiera ¿Cuantos millones de besos por minuto se dan en el mundo? Pues no sé pero no puedo de parar de pensar en el beso que marcó mi vida, el dar libertad a mis labios por primera y única vez en mi vida. Es el riesgo tomado sin medir las consecuencias.

Te mentiría si dijese que no siento nada. Pero es imposible olvidar ese momento en el que me mantuve consiente a duras penas.

Echo de menos vivir cuando no tenía miedo de querer. Como cuando no tenía miedo de esconderme. Como cuando no tenía esta sensación de estar oculto tras las sombras de mi propio reflejo.

Ahora siento, no solo río o lloro. Amo, no solo quiero. Beso en los labios, no solo en la mejilla. Y nada sale bien

Y lo peor de todo es que por el camino eh dejado sentimientos reprimidos heridos por no ser sacados a la luz. Heridos de verdad. Con enormes cicatrices de las que, a lo mejor, nunca terminan de sanar.

La canción se acaba y yo sigo solo.

Un 4 de marzo en el que mi vida cambió.