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Silvestr

Me pongo un cigarrillo en la boca y lo enciendo (ya no es novedad), le hablo a la vaca loca (su locura tampoco da libertad); ambos manteníamos la conversación con curiosidad y de la nada se me sale lo erudito, ¡un eructo! 
Esta es una anécdota vulgar y eso no se le escribe a un animal doméstico (educada), puede parecer trágico, cómico y romántico (lo básico), me fascinan sus ojos políticos y sus labios matemáticos.
Hace mucho tiempo que salto mi muro, la extraño mucho (ya sea por su nutritiva leche o podríamos haber hecho el amor en ¡ojo de agua!) de cualquier manera se encuentra libre la vale madrista por excelencia; con su sutil, hostil, rutinaria y soberbia ¡inocencia! 
Esta es una anécdota vulgar y eso no se le escribe a un animal doméstico (educada), puede parecer trágico, cómico y romántico (lo básico), me fascinan sus ojos políticos y sus labios matemáticos.

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