CUENTO - FICTICIO

Cristian R. Silva S.

Un relato faculto

 

Cabalgando en los senderos de morichales a paz, donde aquella infinita llanura se observa en el horizonte, recordándome en aquel día, cuando todavía era yo un niño, los cuentos que me contaba el viejo, el padre de mi madre, que, con su buen café cerrero, mi abuelo relataba historias y supuestos hechos llaneros.

Fue así en el principio que los indígenas, en esa inmensa sabana, se volvían uno con la naturaleza, que podían ser comparados como animales, pues ellos entendían lo que decían y viceversa, todos convivían en paz y la vida no podía ser mejor. Pero un día el hombre se preguntó, ¿Por qué?, pues ellos tenían cualidades únicas que él no tenía, entonces el hombre entristecido se fue del lugar donde casi siempre estaban todos los animales propios de la región, ellos lo observaron, no sabían que le había pasado y simplemente lo siguieron. Todos los animales se le acercaron y le dijeron, no nos gusta verte triste pide lo que quieras y lo tendrás, entonces el hombre dijo, quisiera tener buena vista, y la garza respondió, “tendrás la mía”, después el hombre dijo quisiera escuchar mejor, el venado le respondió,  “escucharas como yo”, después el hombre dijo, quisiera ser fuerte, a lo que el jaguar le responde, “serás tan fuerte como yo”, el hombre después dijo, quisiera moverme sobre el agua , sin dudar la babilla le dijo “yo te enseñare”, y así fue con todos los animales, que ya cuando el hombre había recibido todas las cualidades que podía tener dijo por última vez, quisiera saber los secretos de la tierra y la serpiente sintió algo extraño en el hombre, pero aun así le dijo, “yo te los enseñare”, después que el hombre ya sabía todo, se marchó, fue entonces cuando el capibara dijo, el hombre ya lo sabe todo, y puede hacer muchas cosas pero su tristeza acabo y ahora es muy feliz, la serpiente tambaleándose frente de todos los animales dijo ¡no!, vi algo en el hombre que parecía que cuando recibía mas y más su ocio no se saciaba y su felicidad acabaría de nuevo, ¡tengo miedo del hombre!. De esta manera fue como el hombre aprendió muchas cosas, que cuando empezó a buscar a los animales de nuevo, ya no les podía entender y no los miraba de la misma forma que antes, pues su tristeza comenzaría de nuevo y ahora ya no solo conforme con las cualidades, quiso más, los animales se desplazaron por sobre todo el llano y se alejarían de él, ellos sabían que el hombre ya no era el mismo y asentados sobre la naturaleza empezaron a cazarlos y a expandirse.

Hoy en día se observan algunos aspectos del pasado, de animales con el hombre, pues de la antigüedad cuando todos eran uno, pocos recuerdos se conservarían, por eso existe un lazo entre algunos hombres y animales.

Seguiré y seguiré cabalgando pues yo ya casi llego a mi hato y con un adiós me despido, pero los dejo con este relato.  

FIN

  • Autor: Cristian R. Silva S. (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de febrero de 2022 a las 14:14
  • Comentario del autor sobre el poema: El siguiente trabajo trata de una historia ficticia, que permite expresar una forma diferente de relacionar la vida del hombre en su medio, con el fin de explicar cómo la naturaleza crea al hombre en su entorno, sus costumbres y su forma de ser se basan primero en la vida de los animales y como influyo en el hombre con el fin de volverse un hombre llanero.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 31
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