LAS CUATRO LETRAS DE NUESTRO AMOR

EL QUETZAL EN VUELO



Llegaste a mí como viento suave, como brisa temprana y te anidaste,

No sé cómo te instalaste en una de mis estrofas, que acompañaban aquella metáfora, Pero al leer mi verso ahí estabas, como una imagen presentida, como un amor esperado.

Entonces te toque, en tus más íntimas letras, en mitad de la noche.

 

Cuando escribo de noche o madrugada, en la soledad de mis letras. Tú, aun duermes, me acurruco a tus sueños y recorro cada una de tus fantasías, perdiéndome en tu respirar, me gusta que me envuelvas en tu ensueño, en esas locuras de tus viajes traviesos, visitar todas tus emociones.

 

Cuando me poso en tus caderas y me llevas en ese vaivén de lago en calma, a tu mar embravecido, con la furia de tus besos que me arrebatan las palabras y en un chasquido pronuncias mis sueños, Sacias mis anhelos, me convocas a tu piel y me das de beber la fantasía de tú espera.

 

Los dos llegamos tarde a la cita del destino, a la convocatoria del amor, a la atracción instantánea. Tu como flor de jardín ajeno y yo ave aventurera, amante de la libertad, enlazados por un saludo, por cuatro palabras dichas de madrugada, silenciosa como la primera letra, pero exquisita y atrevida como una copa de vino tinto.

 

Sigo aquí, con la tensión a que aparezcas, me saludes con un beso, con un hola o un adiós. Me gusta que me digas que aun duermes, que guarde mi pluma, que acaricie tu espalda, Que alise tu pelo y recorra con mis dedos tu espalda dibujando un corazón entrelazado,

 

Que traviesa la noche, que juntó nuestras vidas en la distancia, nuestros versos en un solo renglón, Nuestro cielo en un solo aletear, no importando las distancias sino la cercanía del fuego hace que mis letras ardan, que el frio de tu cama necesite del calor de estas letras, del fuego de mi cuerpo.

 

Mis manos temblorosas aplastan las teclas formando palabras, arrojando deseos, soñando cercanías, creando esperanzas.

 

Yo te espero cercano en la distancia, paciente, de madrugado, recostado en tu pecho.

Sigo siendo ese calor dulce que recorre tu cuerpo, que despierta tu ser apasionado que nadie quiso y que mi pluma descubrió en tu imagen, tu sabor a deseo y versos fantasiosos que una noche atrape.

 

Ahora estamos los dos, sin poder dejar de sentir esos versos que nos incendia, que nos rebasan, vamos y venimos del cielo al infierno, de la gloria a la caricia prohibida, recorriendo las distancias en cuatro letras; Qué marcaron el inicio y nos tiene esperando un saludo como caricia.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

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Comentarios1

  • lacarmentere

    QuƩ historia!! Amor a la distancia. Dos almas y dos cuerpos que se tocan con versos.
    Me suena muy familiar šŸ¤”
    Hermosamente contadašŸ„°

    • EL QUETZAL EN VUELO

      Gracias, que linda
      por entender los vaivenes de ese sentimiento que a veces asoma a las letras y solo con una sensibilidad como la tuya es capaz de entenderlo, Gracias LACARMENTERE, por seguir mi vuelo



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