AYER VISITÉ TU PUEBLO Y ANDUVE POR SUS RECUERDOS

EL QUETZAL EN VUELO



 

Ayer visité tu pueblo, recorrí sus calles. Entre polvos y recuerdos, enjugue mis ojos,

Con pasos más lerdos y la risa apagada, encendidas las nostalgias y desierto el corazón. Fue inevitable verte ahí sentada, jugando, nerviosa y amorosa.

 

Entré a la vieja iglesia, donde aquel cura anciano y gruñón, exhortaba a alejarse del pecado y prevenía a las chicas de no ser como Eva en el paraíso; nos señaló el camino donde y como esconder nuestro amor adolescente.

 

Después de 40 años, muchas cosas ya no son como entonces, pero al recorrer los recuerdos, volví a sentarme en la banca de aquella plaza, donde esperábamos que pasaran por nosotros, mientras tu jugabas voli y no dejabas de verme.

 

Me detuve en aquel lugar, que fue nuestra escuela del amor. Yo fingía experiencia en el amor, cuando solo tenía dos años más que Tú y tu aprendías a besar, temblabas en mis brazos al experimentar aquella nueva sensación, sabor felicidad.

 

La estación de camiones donde muchas veces llegue y pase, ahora es una refresquería. El banco aquel que fue tu primer trabajo ahora es una tienda departamental, el recuerdo de aquel tu primer beso parece una calle agrietada.

 

La cenaduría donde te vi por última vez se escondió de mis recuerdos, quizá lo hizo para que no volviera a ver tus lágrimas y bien sabia la nostalgia que esta vez, dejaría todas mis prisas para quedarme contigo y cambiarle el lugar a Dennis.

 

Hoy visite las calles de tu viejo pueblo, te busque en los rostros extraños de todas las gentes, que miraban mi cara desierta, ansiosa, obsesionada. Mis manos vacías de tus manos y se extrañaban de las flores sin destinatario que paseaba.

 

Cansado de no poder abrazar el viento, de no alcanzarte con mis recuerdos, me senté a esperarte en las gradas de aquel estadio donde te despediste de quien marco tu vida y profesión actual y bendijo nuestro amor en el segundo beso.

 

Yo quería que estuvieras ahí, como hace cuarenta años, irte a buscar, llegar por las noches o madrugada, que me esperaras como hace cuarenta años, tener un cómplice en casa y un amor encerrado en el pecho que salía en cada carta.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

 

 

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Comentarios1

  • Ma. Gloria Carreón Zapata.

    Que hermoso recorrer sus bellas remembranzas de adolescente enamorado estimado autor, y quién no se sentirá feliz al leer esta magistral prosa? Mis felicitaciones y muchas gracias, saludos cordiales.

    • EL QUETZAL EN VUELO

      Así es Querida, Ma.Gloria, la nostalgia es una senda muy angosta, que nos lleva al recuerdo y aunque a veces queremos echarlo al olvido, fracasamos y brota en un verso tierno y romántico al caer la noche, en lo recóndito de la seducción de unas letras con aliento de Eros. LENNOX



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