La Conversión

Astaroth DiMort

La noche fría no me permitía desplazarme con suavidad, mis pasos eran torpes y su sonido irrumpía el silencio sepulcral que me rodeaba, pero estaba dispuesto a ir a aquella habitación donde sabía que la encontraría... donde ella debería de estar para cumplir mis más profundas perversiones.

El tiempo no tenía sentido para mí en ese momento, tal vez pasaron algunos minutos antes de llegar a la puerta de aquella habitación... de tan anhelada habitación... Estaba entreabierta, dude por algunos segundos, pero la intriga inundaba mi ser, y no podía dejar que mi ser se ahogara en ese sentimiento… volví a perder la noción del tiempo, ya no sentía frío, y al igual que un ligero soplido del viento abrí la puerta.

La habitación estaba totalmente sumergida en la oscuridad, mis ojos no lograban captar el más mínimo reflejo de luz, pero poco a poco se fueron acostumbrando a tan gigantesco abismo, noté que la habitación estaba vacía, no había nada, solo una cortina que se mecía suavemente al compás del ulular del viento, poco a poco la habitación se llenaba de la luz de tan hermoso astro suspendido en tan magnifico manto de oscuridad, pues la nube de forma macabra, que la cubría, lentamente se iba apartando de ella.

Gire la vista hacía la esquina superior de la habitación… la luz plateada de la luna empezó a iluminarla lentamente y… AHÍ SE ENCOTRABA… no logré ver sus pies, ni su calzado, pues lo que parecía ser un vestido la cubría completamente. Mis emociones empezaron a descontrolarse, el ritmo de mi corazón se aceleró, no podía correr, mi vista estaba clavada en el poco atuendo que podía vislumbrar, parpadee, y al instante que abrí nuevamente los ojos… ahí estaba totalmente visible a mis ojos… era una mujer exuberante, de belleza indescriptible, con un vestido largo, de color rojo sangre con adornos en color negro, la luz de la luna la bañaba de pies a cabeza, sus ojos me hipnotizaron al momento que la mire fijamente.

Finalmente salí del trance en el que estaba y en un hilo de voz anuncie:

“Quiero seducirte con la mirada... y hacer desaparecer pieza por pieza cada una de tus prendas hasta observar el claro de tu piel entintada por la poca luz de la habitación, disfrutare del aroma de tu piel... quiero sentir como cada vello de tu cuerpo se eriza al compás de mis suspiros impregnados en deseos de hacerte mía!”

El silencio reinó nuevamente la habitación, lentamente se acercó a mi ser y con cada paso mis músculos se tensaban mas y mas, entonces escuché su voz, la cual era tan melodiosa como el de una sirena y en instantes volví al trance en el que estaba… no supe lo que dijo… solo sentí el apretar sus labios en mi cuello, al mismo tiempo que dos agujas se clavaban… antes de perder el conocimiento sentí resbalar hasta mi abdomen algunas gotas de un liquido rojo… era SANGRE… mi vista se nubló, ya no podía moverme, oí como mi corazón latía cada vez mas lento… … …

Desperté en el suelo… pero no en el mismo lugar en el que recuerdo haberme desmayado, pues me habían arrastrado a lo mas oscuro de la habitación… había pasado un día entero… ella esta de pie, junto a mí, y con su voz tan angelical me preguntó: ¿Escuchas el latir de tu corazón?... Tal fue mi sorpresa que no me atreví a hacer nada… mi corazón había dejado de latir.

Mi propuesta se hizo realidad, ella cumplió cada una de mis perversiones cada vez que yo quería… pero esa ya no era mi única sed… me convertí en este ser inmortal… morador de las sombras y de los abismos… ahora estoy completo… me siento completo… adoro el sabor de aquel liquido rojo que yo derrame hace algunos siglos… ahora soy un VAMPIRO.

  • Autor: Astaroth DiMort (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de junio de 2009 a las 18:30
  • Categoría: Gótico
  • Lecturas: 49
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Comentarios1

  • annielu

    buena forma de tener tu conversión...
    me gusto!!
    besos



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