EL NIÑO JESÚS: EL DEVELAMIENTO.

Raiza N. Jiménez E.



De pronto llegó diciembre

época de  fiestas y regalos,

para que  todo se celebre

y olvidar los días malos.

****

Todo en mi casa era un alboroto

por un, Jesús, que era niño,

 y el nombrado te traía unos corotos,

para demostrarte todo su cariño.

 ****

Dos condiciones para eso, había:

que  escribieras una carta y te portaras bien.

Y  él la leería y vería lo que te  traía,

unos juguetes y los estrenos también.

 ****

En verdad, a mí la ropa no me importaba,

yo sólo quería muchos, muchos juguetes.

Por eso, mejor que nunca me portaba

y, mejor aún más, cuando veía los paquetes.

 ****

Recuerdo que andaba cantarina y feliz

pensando en lo que el niño me traería

y mi alegría tomaba el matiz

que al hecho, le imponía mi tía.

 ****

Todo andaba bien, eso parecía,

pero, mi tío Marcos, llegó ese día

y comenzó a preguntarme qué tenía

y  yo feliz le dije que, el niño  Jesús venía.

 ****

¿Y qué niño es ese, raicita?

Muy presuroso y riendo me inquirió.

¡A ti cómo que te engañaron, mijita!

¿Tú no sabes quién es el niño?

Preguntó.

Con la garganta reseca le contesté,

 y mirándolo fijamente, lo increpé:

El que me trae regalos, porque es Dios.

 ¡A esa bendita idea le podéis decir adiós!

Jubiloso, él exclamó.

 ****

 Y luego me dijo gustoso: ¿No queréis saber...

quién carajo es ese niño?

 ¡Claro! Le contesté, cómo no voy a querer…

Y le seguí la corriente, con un guiño.

 El tío Marcos se las traía y se las llevaba.

Era mi amigo y  mi compinche,

pero quería contrariar a mi tía

y conmigo hacía un bochinche.

****

 Después de un largo silencio.

Me dijo: yo te lo voy a decir,

vos sabéis que no soy ¨ Prudencio¨

y, por que te lo diga, no te vais  a morir.

 ****

Mirá mi amor, el niño Jesús es Margarita.

¡Ay, Dios! yo no lo podía creer.

Y de una pensé: mírenla con esa carita.

Pero, cómo lo iba yo a saber.

 ***

¡Ahora, yo estaba asustada!

 Y el tío Marcos así siguió, con

su explicación continuada.

Y, me decía, yo te lo voy a  probar.

Y, así, en un armario se metió,

y unos mueblecitos para jugar,

de varios colores, sacó y me enseñó.

 ****

¡Dios mío! ¿Y ahora qué hago, pensé?

Presurosa, a mi tío, le pregunté:

¿Tio qué hago?

No hacéis nada, me dijo, el vago,

Por qué yo, a ti nada te enseñé.

 A los días  pude comprobar

que  mi  tío  me dijo la verdad,

que nada había que enmendar

porque no lo hizo por maldad

 ****

De ello, aprendí una gran lección,

a no mentir, ni por justa causa,

qué es la buena educación

 y tomarme para pensar, una pausa.

 ****

La mentira tiene paticas muy cortas,

y cuando de niños curiosos se trata,

no se puede poner la torta,

y, mucho menos, meter la pata.

 ****

¡Eso sí, gracias  al tío preferido,

nunca pude engañar a mis hijos,

fuí precavida no quería niño herido,

a mis hijos, su padre, la verdad les dijo!

 ****

¡La mentira,nunca será un buen intento,

Ya que más tarde, lo que habrá es lamento!

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Comentarios2

  • Rafael Escobar

    Un excelente poema, que demuestra que la humanidad esta abriendo los ojos ante esa cantidad de mentiras que encierran las religiones, y que de decir verdad no son por una buena causa, porque la única causa que les impele a fabricar historias divinas es la esclavización de la espiritualidad por la cual nos diferenciamos de los animales. Mi sincera felicitación llena de cariño y admiración.

  • Raiza N. Jiménez E.

    Gracias Maestro, ese poema es de mi propia experiencia infantil.Después, cuando tuve hijos, hable del Niño Jesús desde mi experiencia de niña. Nunca les mentí y les pedía una cartica con sus peticiones cuando ya podían escribir.La sorpresa va a ser cuando vean que el niño Jesús, que somos nosotros, les traiga lo que pidieron o menos.Eso me trajo problemas con algunos vecinos.Cuando estuvieron entre 7 y 8 años.Se acabó el Niño Jesús y ellos podía escoger sus regalos directamente y se abrían en Navidad. Nunca vi trauma por ello y ellos, ahora hacen lo mismo con sus hijos.Saludos .



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