La noche al atardecer parece otra cosa...

La noche al atardecer parece otra cosa

además de lo que es ya por descontado:

puta y zorra aparte de cabrona

por dejarme así tirado y amargarme

la existencia en dosis que no dan llegado

a hartar a estas dos islas

de suposición en el océano balsámico. 

Te espero entre esta bruma, desazón;

recuerda cada hora que pasó en vano

atacándome tras todo lo roto en solución

al desalojo que en mi mente hiciste

hasta la orden de salvarse algo mío

atómico, dorado yo controlador

del otro lado por ahora no todavía. 

En expansión repongo los datos

malgastados, lo sabía, por manos 

que de antiguo fueron amables hasta el límite

de conocerme un poco dentro en cada intento

(subsistencia a partir de fórmulas

que se van desintegrando en un mar de situaciones

remezcladas desdoblado el tiempo a coro)...

Realmente estoy mejor si me tomo cada día

como una nueva forma de oírte huir

de mí chillando por qué loco, pero luego vienes

suplicando un descontrol, que lo que hay ya sobra

para todos capturarlo: este sabor en boca y no se vaya

cuando más se necesita a alguien pronto 

sólo es que estamos tontos o algo

mientras se escapa el orbe mágico

y no lo damos alcanzado de él nostálgicos en broma

sádica que aprendimos del ciclónico extremado sol ladrón.