Me hice un abrigo de poesía,
bordado con el hilo de los besos,
que nos dimos gozosos aquel día.
Zurcido con retales y remiendos,
con los restos de la seda de las sábanas
que ocultaban nuestro amor cada mañana,
formando todo junto un bello lienzo.
Le cosí unos abrazos de suave muselina,
algunas, -perdón, muchas-, lágrimas de tul,
doliente hilván del desconsuelo,
y al pecho le incrusté el bello broche
del cielo de tus ojos gris azul.
El frío que sentía cada noche,
quebraba inexorable mi piel fina,
al sentir como envuelto por la escarcha,
por no entender las razones de tu marcha,
dejaba congelado el corazón.
Puede que esa fuera la razón,
para darle cobijo a los recuerdos,
de esos, que un alijo guarda mi memoria,
forrando con las rimas y los versos,
los momentos felices de esta historia.
Y así quedaba protegido del olvido,
entre harapos y jirones afligido,
al calor glacial de un triste abrigo.
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Autor:
Raúl Carreras (
Offline) - Publicado: 23 de noviembre de 2021 a las 13:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, 🖤🍃Meigajaz ☯💞, Omaris Redman, Alexandra L, Lale Neda, Rafael Escobar, Antonio Miguel Reyes, Aida ☘️💟💥💫, Freddy Kalvo, Isabel Beltran.
Offline)
Comentarios5
Me ha gustado Raul y mucho. Saludos
Muchas gracias, Classman!! Un abrazo.
Me ha encantado, ese abrigo tan necesario creo que más de uno lo ha hecho... Gracias querido amigo...
Abrazos infinitos..
Jaz
Gracias a ti por tus bellas palabras. Un abrazo.
Hermosas letras, Felicidades!
Un gusto pasar y leerle.
Saludos,
Muchas gracias, Omaris. Un saludo.
Hermoso abrigo de poesías, para mantener cálido el recuerdo, placer leerte Raul.
Un saludo cordial, Alex.
Un placer recibir tu compañía, Alex. Un saludo.
El abrigo mas caliente
que arrulla amor sin igual
es un cuerpo efervescente
con delirio pasional.
Muy romántica, melancólica, pero a la vez, encendida historia de amor. Mis sinceras felicitaciones por tan bien hilvanada espopeya amorosa. Mi fraterno saludo con mi admiración llegue hasta ti.
Muchas gracias por tu siempre grata compañía, querido poeta. Un abrazo.
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