Hasta luego

Me resulta desesperante soportar que no estarás más aquí. 
Y que a mi lado tú ya nunca volverás.
Nuestra historia de amor eterno, terminó.
Entenderé que tus labios jamás serán míos
Y que en tus ojos no me volveré a ver.

Te fuiste sin fundar ningún argumento.
No puedo concebir tu traición, no amorosa sino moral, de rendirte ante principios ajenos.
¿Recuerdas que un día asumimos que nadie podría con nosotros?

Dibujaba primaveras en mi mente para plasmarlas en mi día a día con tu sonrisa.
Miraba el cielo y las estrellas y solo por tí tenían sentido; comprendí entonces tanta metáfora romántica del cielo.
Ahora solo me subyugaré a no pensarte.

Es momento de emprender el camino de aceptar la realidad objetiva.
Aceptar que no volverás, no tal y como eras...
Sería masoquismo esperar tu regreso.
Solo quiero estar bien.

Regresaré con mi querida monotonía
Sé que ella podrá sanar mi herida.
Más me llevo tus recuerdos y los buenos momentos para presentarselos. 
Sí, podemos abrazar la almohada en la noche y tomarnos las manos.

Me resulta angustiante soportar la realidad.
No te preocupes el tiempo de eso se encargará.
Te deseo con fervor puedas ser feliz.
Y si algún día te he de volver a encontrar
No te habré extrañado pues nunca te habrás ido.

Para la piedra que nunca regalé.