Dicen del verso

Escondido bajo un velo de mentiras,

la mirada cambia al aire tras respiros,

se someten a momentos las sonrisas,

no suspiran, ni se amargan mas los vientos.

Es por eso, que entre soplos suspiro versos y con los ojos puestos mas alla que un par de adentros, escarbo al tiempo un soliloquio de verdades, construyendo en el alma mocedades que disturbien la conciencia en el recuerdo, aun cuando poder acortar el trayecto entre la memoria y la razon, pueda detenerse entre besos el momento.

No digo que la vida sea el pensamiento, ni que pensar la pasion a fumarse en la tarde solitaria, sin embargo, el placer es madera inflamable, que permite al alma hacer versos, mas alla del simple parecer de un poeta, inscribiendo la razon, entre suspiros que entiendan mas alla de lo risible, es decir, aun que el solo pensar sea un silencio y escribir en el vientre, poemas subversivos, que entonen una dulce entrada a un cuerpo femenino, en donde la razon y la pasion, sean juegos del habla y la quimica, aquella quimica liquida, que mas alla de quedarse en fluidos, se divierte en complices del amor, al apartar los propositos del cerebro y hacer utiles los del corazon,

Dicen que el verso es la razon del corazon, el habla de la mismisima alma, que grita al viento de los numeros y los algoritmos, un suave susurro que le de espacio en su memoria.