Inconciencia consiente del aquí

Elizabeth Maldonado Manzanero

Despierto y estoy mareada, abrumada de la cotidianidad,

es mi grito, el grito de alguien que ha gritado siglos y siglos

y que muchos siglos antes que yo, ha mirado y mira

con un mirar cansado, qué sostiene la mirada en esa fiebre

tan alta, que permanece atado a la mañana, a los cuentos,

sí a los terribles cuentos, tremendamente favoritos del destino

esos que defienden mientras descienden los escalones del infierno,

mis recuerdos, y aun después de tanto y tanto aun lo intento y froto

mis ojos atontados sin encontrar el centro ya no del universo,

sino el propio, y apoyado en la puerta de la realidad me retiembla

el corazón, mientras el mediodía se va olvidando como una charla

de parecer equivocado, como el camino hacia el ser del hombre

 que secó sus sesos y ahora solo tiene comezón en la cabeza,

como aquel que camina titubeante por el lomo del día

para mañana volver a errar contemplando su pequeña riqueza…

Y de momentos me olvido de los arcos del triunfo, de los sueños,

símbolos, de incoherentes ilusiones que como parte del equipaje miserable

de un trapecista cabrón que como mono baila al son que se le toca,

mientras se le amarra con cadenas de esto y de lo otro,

vuelve a tenderse sobre su costado y, apenas suena la chicharra

salta como un tigre cruel y despiadado que se tira de cabeza hacia la presa…

mientras se jura, se dice y se repite así mismo: no dejaré de escuchar la lluvia

bonanza que repiquetea en cada gota la vida, por muy magra que sean las penas,

pero siempre el eterno pero que como ciclo se repite, vuelve a la conciencia,

vuelve a la abrumadora realidad y al circo del que es la estrella

y sin embargo, sueño, aunque descubra y redescubra al cabo de los siglos

que está ciega batalla en que abandono al cuerpo, a los minutos del alba

donde las ideas, las imágenes sobre pasan absurdamente el equilibrio

de todas las cosas hasta llegar a la hora incierta al punto exacto

infalible y perenne de la confusión y de la muerte.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.