Encuentro, en esta desierta habitación,
El polvo acumulado con los años,
Escondido bajo los muebles,
Que alguna vez adornaron este vacío, mustio y melancólico lugar,
El silencio es etéreo
Y la paz abrumante,
Más encuentro algo,
Algo de sonido palpitando,
Me conservo sereno y callado,
Ignorando completamente como reaccionar,
Mis labios secos, son la prueba que el tiempo sigue indetenible,
Y mis ojos, humedecidos por la lágrima gris que no resbala,
Es entonces que la noche desciende,
La tenue luz amarilla se cuela por la ventana,
Sentado en el suelo,
Me conservo sereno y callado,
No hay más señal de vida que la mía,
Y la del gato husmeando en la basura,
Los carros, tal vez circulen en silencio,
Los borrachos, tal vez lloren en silencio,
Me consuelo por instantes con la idea de una compañía,
Más viendo por mí ventana,
Me doy cuenta de que estoy totalmente solo,
En un mundo azul y amarillo,
De colores vivos en una triste pintura,
Recostado en la ventana me doy cuenta que es lo que siempre quise,
Me conservo sereno y callado,
Observando el mundo vacío,
Las calles desiertas,
Las puertas cerradas,
Las cortinas corridas,
Que dulce vista!
Que amarga vida!
Que desdichado naufragio!
Que vacío corazón!
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