MI DIARIO: DELIRIO

VITRALES DEL ALMA

 

 

De tus profundos ojos negros, la luz
De tu alma inquieta, la paz
De tu cuerpo, el calor
De tu corazón, el amor



¡Qué ironía! Saber que es la vida quien me regaló tus versos, tu alma, tus gestos, tus palabras de amor, y es hoy, la misma vida, quien te arrebata de mi lado.



Tú ves las cosas de una forma y yo de otra. Complemento perfecto. Harto fuera que las miráramos desde la misma óptica y con el mismo lente. ¿De qué hablar, de qué discutir? No tendría razón la vida al lado de alguien que piensa igual que tú. ¿Qué aprenderías? ¿Cuál sería el progreso del alma? No existiría. No habría ascensión, solo estancamiento.

Me fascina interrelacionar con el conocimiento, única manera de aprender, de avanzar. Me agrada auscultar en las profundidades del alma humana. Alivio para mis labios ajados.

La sed de tu amor me arrastra a un estado febril; lago ferviente de senderos desconocidos.

Te quiero con el alma y por ti mi corazón desgarra sus sentidos. Pero esta vez, no te esperaré a la vera del camino ni desvelaré mis noches, ni rasgaré mi túnica. Esta vez, dejaré la lámpara encendida y la puerta entreabierta. Si has de regresar, no hallarás impedimento. La luna guiará tus pasos y la luz de los luceros extenderán su fulgor. De lo contrario, el velo del ventanal permanecerá incólume para que tu alma pernocte con la mía como lo hace al caer la noche.

De tus ansias, la sed
De tu sangre, la euforia
De tu ausencia, el dolor
De tu partida, la muerte.


* Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez C/10042019/Derechos de autor reservados.


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