Carne de cañón

Alberto Escobar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suspendido en el aire.
Con el cartabón y la escuadra,
el sillar en la mano y todo el miedo
cosiendo cada una de mis células.
Apoyado tan solo sobre un cabestrante
que amenazaba desistir de mi peso.
Suspendido en un aire cerrado
entre las gruesas paredes 
de un templo románico.
Suspendida mi vida dentro,
construyendo bóvedas de cañón
para perpetuidad de siglos y siglos. 
Incierto, sin ver el cielo,
un cielo que trasciende el cielorraso,
que se adivina como cueva platónica
pero del que no existe certeza.
Mis ojos impedidos de divinidad, 
vigilado por una deidad que testamenta
cada virgulilla que brota de mis manos,
cada almocárabe era supervisado
por el más Alá de los alases, siempre alerta. 
Atorado en un discurso teológico.
La semana próxima se da conclusión
a los trabajos, está próximo mi asueto.
Me tengo que plantear si esta maestría
es mi esencia, si conviene a mi alma. 
Estoy cansado de sentir una presencia
siempre al acecho, como sumido
de perpetuo en una adrenalina 
de vida o muerte, cervatillo bajo un león. 
Dejo las artes mayores y torno al campo,
donde el contacto con Dios es río que fluye. 

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Comentarios3

  • Mariela Briceño Fuentes🦄

    La míano es de plata , pero también es una jaula. Un fuerte abrazo poeta.😇😚😚😚😚😍

    • Alberto Escobar

      Todos vivimos en una jaula, la cuestión es si tenemos la llave para salir.

    • Syol *

      ...no importa cómo, ni de qué esté hecho ese claustro, el alma siempre se las ingenia para superarlo..
      Siempre un gusto pasar por tus letras Alberto..
      Felíz día...

      • Alberto Escobar

        Siempre se ofrece un resquicio a quien quiere volar. Un abrazo Syol

      • Amalia Lateano

        Estoy cansado de sentir una presencia
        siempre al acecho, como sumido
        de perpetuo en una adrenalina
        de vida o muerte, cervatillo bajo un león.
        Dejo las artes mayores y torno al campo,
        donde el contacto con Dios es río que fluye. "
        Maravilloso
        Amalia

        • Alberto Escobar

          Me alegra mucho verte de nuevo. Me alegra de que te guste mi ocurrencia de ayer y sobre todo que sigas en la brecha. Un abrazo fuerte,



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